El edificio del Círculo Frutero de Burriana, conocido también como la Societat de Caçadors, se convertirá en un restaurante. Así se aprobó en asamblea hace unos días, después de haber recibido el interés de un empresario local por arrendar el edificio. La propuesta se sometió a votación y salió adelante, a pesar de que el principal propósito era que el inmueble se destinara a un uso más social. De hecho, se mantuvieron varios contactos con el fin de que se dedicará a funciones docentes. Pero estas negociaciones, finalmente, no han fructificado.

Por tanto, lo que un día fue la sede social de los empresarios citrícolas burrianenses y también la de la agrupación de cazadores acabará siendo un restaurante. El edificio está cerrado desde el año 2007, momento en el que este último colectivo se fusionó con la Sociedad Filarmónica y trasladaron la sede a El Pla. La degradación producida por estos años de inactividad y la adecuación a los nuevos tiempos motivarán que, pese a que el arrendamiento se firmará en los próximos días, no sea hasta después del verano cuando se produzca su apertura.

emblema modernista // La propiedad del Círculo Frutero está repartida en más de 359 títulos de acciones y se trata de uno de los inmuebles más emblemáticos de la ciudad, al mostrar la arquitectura modernista valenciana. Levantado en el año 1916, servía de apoyo a la explotación y comercialización de cítricos y, de hecho, agrupó durante años a los exportadores de Burriana.

El emblemático edificio tiene 913 metros cuadrados de superficie y consta de planta baja, tres alturas y una pequeña terraza de apenas un par de metros cuadrados. El acceso principal es por la calle San Vicente, pero tiene entrada también por el vial del Forn de la Vila. La fachada está decorada con temas agrícolas. H