Los submarinistas del Club de Actividades Subacuáticas Mare Nostrum de Benicarló se sumergieron ayer en las aguas de la playa del Morrongo para proceder a la limpieza de los fondos marinos. En total, se recogieron 100 kilos.

Después de 22 ediciones, el resultado obliga a la reflexión, puesto que «cada año repetimos la operación y sacamos un montón de basura», lamenta el presidente de la entidad, Paco Flores.

A pesar de ello, no pierde la esperanza, «ya que sí que se aprecia más interés por parte de los bañistas, cuando nos ven salir del mar cargados, se sorprenden de lo que encontramos bajo el agua y preguntan por nuestra labor».

En esta ocasión, el premio a la pieza mayor ha estado reñido, entre el neumático de un coche y un amasijo de redes y cuerdas plagado de pesados plomos.

Una de las anécdotas de la mañana fue cuando un pequeño pulpo acompañó a una de las buceadoras hasta la playa, adherido a su equipación de neopreno. Otro animal al que también rescataron de las aguas fue un dinosaurio. Eso sí, de juguete.

Por su parte, el concejal de Deportes, Carlos Flos, que acompañó al grupo desde la orilla, agradeció el trabajo de los submarinistas. «No solo por la labor que hacen, que es impecable, sino por dar visibilidad a una actitud: limpiar los fondos delante de los bañistas supone una de las mejores campañas de sensibilización y concienciación», aseguró.