No todo está en nuestra mano. De hecho, a más de uno le hubiera gustado tener ayer ese poder de cambiar un destino que fue malvado con Predecible y Bullicioso. Distintas suertes, pero un hecho en común: ninguno de los dos toros pudo ser embolado por la noche en la segunda tarde taurina del Roser de Almassora.

En la jornada en la que los valencianos recuerdan quiénes son, la ciudad volvió a presumir de esa cultura de la que forman parte los bous al carrer con dos astados en cartel. Una festividad que atrajo una mayor afluencia de aficionados en el recinto y que la AMPA del Regina Violant aprovechó para reclamar su colegio. Salió puntual de chiqueros el ejemplar de Román Sorando y, a pesar de su nombre, sucedió lo que nadie esperaba. O, al menos, lo que nadie quería que sucediera.

Cuando Rafa Lorite, ataviado con la camiseta de la peña El K-Nut, lo templó en la plaza Mayor a la rodada se vio que se resentía de una aparente lesión en los cuartos delanteros que impedía continuar la lidia normal. Inmediatamente, y con buen criterio, se acotó el mítico enclave para proceder a devolver el toro patrocinado por El Corb, Clafidors, Tots Tancats, l’Embolic y la Tabarra a corrales. La desolación de sus patrocinadores era recompensada por los aficionados presentes con una cerrada ovación.

No habían pasado ni diez minutos de las 18.00 horas cuando salía el segundo, de Torreherberos. Lo paró de salida Raulillo, el director de lidia de la localidad, pero Bullicioso prefería irse hacia las calles. Desembocó en la Picaora, donde lo esperaba Patricio. Resultó rematador y respondió a Julián Marín a la rodada. El astado financiado por El Barrilet, Els Penjats, El Racó, Els que faltavem 1979, La Kalaña y El Jolgorio se complicó para encerrarlo tanto que obligó a tener que enlazarlo hacia las 19.00 horas. La tarde se prolongó con vacas y, a posteriori, se supo que el animal falleció en los corrales y tampoco podría embolarse, hueco cubierto por la noche con ganado de corro.