La remodelación de la ermita de Santa Quitèria de Almassora, en la que destacan las obras en el altar para reproducir el antiguo retablo del templo, se encuentran en su recta final. De hecho, esta semana ha finalizado el pintado de la fachada, una imagen renovada con la que recibirá a los vecinos en la tradicional romería, el domingo 14 de mayo.

En este sentido, fuentes municipales confirman que la próxima semana estará lista y ya está prevista su limpieza, «porque faltarán retoques en el interior que no ensuciarán el resto», explicaron desde la Concejalía de Servicios Públicos. Las mismas fuentes apuntan que el jueves finalizó el pintado de la fachada exterior, unos trabajos que ha ejecutado una empresa local con cargo al Servicio Municipal de Mantenimiento y Logística, con un presupuesto de 750 euros (más IVA).

Por su parte, desde el área de Patrimonio también han confirmado que las labores a realizar en el interior del templo finalizarán a tiempo para la romería de Santa Quitèria, poniendo el broche al primer fin de semana festivo que incluye la presentación de la reina y damas de los festejos y la cabalgata del pregón. Ese día se abrirá al público por primera vez el ermitorio tras las obras de restauración, «que están muy avanzadas», inciden.

RESULTADO

Los vecinos que accedan al edificio en esta jornada festiva podrán comprobar el resultado de los trabajos de recuperación del retablo, que presidirá la imagen de la patrona, que ahora está en la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad.

Cabe recordar que la primera fase de la actuación, que comenzó el pasado noviembre, tiene un coste de 28.800 euros y su finalidad es que la estructura recupere en lo posible la imagen del altar original, para lo que los profesionales que han trabajado en ello se han basado en fotografías aportadas por los vecinos.

El consistorio ha adaptado el retablo a las dimensiones de la imagen de la patrona, para que el resultado final esté acorde con las medidas de la talla religiosa, según explicaron fuentes municipales. La segunda intervención ha tenido como finalidad el pintado del interior del templo, para lo que los restauradores han tenido que realizar catas sobre las paredes para descubrir así los tonos originales empleados.