Un becerro, ya con unos veinte centímetros de cuerno, anda suelto por los huertos de cítricos de Burriana y continúa sembrando el caos entre varios de los vecinos, que ya dieron aviso a la Policía Local. En principio, el animal no ha embestido contra ninguna persona sino que más bien ha hecho todo lo contrario, es decir, mantenerse lo más alejado posible de los humanos. No obstante, son varios los agricultores que se han topado con él y se han llevado un buen susto.

El animal es muy silencioso y escurridizo y, después de que le vean, rápidamente cambia de escondite. Utiliza las sombras de los naranjos para descansar y mantenerse escondido, pero la situación cambia con las hortalizas plantadas en la zona. Y es que el animal pisotea y consume los alimentos que plantan los labradores, lo que impide que los vecinos puedan recoger la verdura para consumo propio.

“Por aquí ya lleva varios meses suelto”, aseguró Joaquín Sorolla, regador encargado de la zona por la que pasta habitualmente el animal. Sorolla añade que “va rondando de huerto en huerto, pero principalmente se encuentra en la partida de Nicolau, aunque si ve mucha gente huye y se instala en la partida de Hortolans”.

La primera vez que este vecino lo divisó, tanto él como el becerro salieron huyendo en direcciones opuestas. Desde entonces, Sorolla ya se ha acostumbrado a verlo y sabe que, si no se le molesta, “no hace nada e incluso, a veces, se mantiene tumbado en el suelo”. Y es que “lo he avistado varias veces cuando vengo a regar los terrenos, y hasta alguna vez lo he oído chapotear en los charcos por el interior del huerto”.

DIFÍCIL CAPTURA // Debido a que el animal no permanece siempre en el mismo sitio, resulta complicada su captura. Además, con el paso del tiempo, el astado ya se conoce a la perfección el terreno y sabe dónde se encuentran los mejores lugares para refugiarse.

No resulta difícil hallar restos del becerro, tales como huellas o excrementos, pero la cantidad es tan elevada que es imposible seguir un rastro concreto para encontrar al animal. Por otro lado, el hecho de que el becerro sea completamente negro y no lleve identificación en la oreja le facilita pasar inadvertido entre las plantaciones de naranjos. H