Nuevo expolio de los árboles monumentales en la Comunitat Valenciana, en este caso en la provincia de Castellón. La Unió de Llauradors denunció ayer un caso de robo de olivos centenarios en una finca de Sant Jordi y solicita al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que investigue y haga cumplir la Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunitat, que protege la práctica de arranque y transporte de estos ejemplares.

El secretario general de la Unió, Ramón Mampel, señaló que en los ultimos años han formulado unas ocho denuncias al Seprona por hechos similares. En este caso, fue detectado por miembros de la asociación, que alertaron de que habían arrancado los árboles en una finca de Sant Jordi. Se trata de ejemplares afectados por la ley 4/2006, que declara protegidos genéricamente los árboles de cualquier especie existente en la Comunitat que igualen o superen, al menos, uno de los siguientes parámetros: 350 años de edad, 30 metros de altura, 6 metros de perímetro de tronco, medir una altura de 1,30 metros de la base o 25 metros de diámetro mayor de la copa. «Y estos tenían más de 350 años», manifestó.

Mampel recordó que la norma fue pionera en todo el Estado y aprobada por unanimidad en les Corts en el 2006. Sin embargo, lamentó que todavía está pendiente de aprobación y pese al tiempo transcurrido, el reglamento de desarrollo de dicha ley. «Un grupo de expertos de la comisión correspondiente entregó su propuesta a la Conselleria de Agricultura en mayo del 2017 para su tramitación y todavía no se ha hecho efectiva», aseguró el responsable de la Unió.

«No son mercancías»

«Se arrancan árboles monumentales para convertirlos en simples objetos-mercancías que no sabemos si sobrevivirán al arranque y posterior trasplante; es claramente un negocio especulativo con seres vivos, con monumentos vivos», lamentó. Por ello, anima a aquellas personas que observen el arranque, transporte o venta de fincas con olivos centenarios a que lo denuncien y se ofrece como organización canalizadora de las mismas para trasladarlas a las administraciones. «Debemos defender este patrimonio, que gracias a la película El Olivo, de Iciar Bollaín, se conoció en toda España, para que no sucedan estos expolios y concianciar de su importancia», concluyó.