Tras una nueva denuncia de la Asociación Cultural Jacinto Agustín por la segunda agresión contra la fachada de la iglesia de la Asunción de la Vall d’Uixó en poco más de un mes, el Ayuntamiento comprobó ayer que los actos vandálicos se reprodujeron en el entorno del paraje de Sant Josep, en esta ocasión, en uno de los bancos construidos en los accesos al río subterráneo. Estos hechos han acrecentado la preocupación en el consistorio que, en apenas un año, ha sido testigo de repetidos ataques al patrimonio público, en algunos casos de manera reincidente, como sucedió este verano en la recién recuperada Senda Quistel, donde hasta en tres ocasiones, una o varias personas se dedicaron a arrancar los postes informativos distribuidos a lo largo del itinerario verde.

INDISCRIMINADAS / La preocupación ha ido en aumento tras los sucesos acontecidos en el entorno de la plaza de la Asunción, que no solo han afectado al muro del templo, sino también al parque infantil ubicado en la parte posterior, donde este mismo verano rompieron un columpio adaptado, cuyo coste supera los 1.000 euros, tal y como denunció en su día la concejal de Urbanismo, Francesca Bartolomé.

La búsqueda de soluciones no solo se está planteando en el Ayuntamiento, sino también en la propia parroquia de la Asunción, donde ayer por la tarde se convocó una reunión entre el párroco y la junta de la asociación Jacinto Agustí «para estudiar qué medidas se pueden tomar», como señaló su presidente, Paco Nebot. Una posibilidad que ya se apuntó en agosto. Entonces, como consecuencia del primer acto vandálico contra la base de unas columnas de la fachada, se planteó la instalación de cámaras o reforzar la presencia de la Policía Local.

La alcaldesa, Tania Baños, respondió ayer en este sentido afirmando que van «a aumentar la vigilancia en el ágora, sobre todo entre las 2.00 y las 4.00 de la mañana, que es cuando dicen que puede estar pasando», detalló.

CONTUNDENTES // En la misma línea se deberá actuar en el entorno del paraje de San José. Fuentes municipales reconocieron «la brutalidad» con la que se actuó contra el banco que amaneció destrozado, una contundencia similar a la que se produjo en la Senda Quistel o en la propia iglesia de la Asunción donde, como ya se denunció, «han utilizado un pico y un escarpe para arrancar las piedras». Hace un mes no dejaron pruebas del vandalismo, pero el jueves sí que se encontraron los restos desprendidos del edificio religioso.