La Vilavella presume de contar con algunas tradiciones relacionadas con sus fiestas patronales que, por su singularidad, «merecen ser no solo puestas en valor, sino también protegerse», porque les «hacen únicos», como reivindica el alcalde, Manel Martínez, que este año es el encargado de acoger en su casa la imagen de Sant Sebastià, en una de esas particularidades que se mantienen de forma ancestral en el pueblo. «A pesar de que durante varios años de la legislatura anterior se decidió dejar perder esta costumbre, montando el dosel en el ayuntamiento, nosotros quisimos recuperarla por todo lo que implica, que no es simplemente abrir las puertas de tu hogar a la celebración», asegura Martínez.

la TRADICIÓN / Como sucedió durante décadas en la localidad, Sant Sebastià pasó la noche de la víspera de la jornada grande de las patronales en la vivienda del clavario, en este caso el munícipe, como en ediciones anteriores lo fueron la ya exalcaldesa, Carmen Navarro; o el edil de Fiestas, Domingo Rodríguez. Hasta allí llegó la imagen en procesión, para que cuantos quisieran pudieran participar en la vel·la.

Martínez afirma que «el hecho de que cada año vaya a una casa permite que la imagen del patrón recorra diferentes partes de la localidad, donde los residentes se implican por completo».

Así lo puede comprobar cualquiera que visite este fin de semana la Vilavella. Todos los balcones están engalanados con cobertors, se respira el ambiente festivo y la devoción por el patrón que tendrá su momento culminante hoy mismo, con la romería hasta la ermita, en la que siempre se cuenta con una amplia participación, o la procesión general con la que se cerrarán los actos.

Entre los aspectos que caracterizan estos festejos de la Vilavella podría destacarse uno que se producirá esta mañana. Será tras la subida a la ermita y la posterior misa en honor a Sant Sebastià. Es costumbre que se invite a un predicador, que realiza un discurso muy parecido al que haría un mantenedor en un acto cultural. Aunque no es necesario que sea un sacerdote, siempre es una persona muy vinculada con la Iglesia. En esta ocasión, esta tarea se le ha encomendado al diácono de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de la Vall d’Uixó, Pascual Andrés.