La costa de Vinaròs ha registrado en las últimas 24 horas hasta 10 microseismos, siendo el último de intensidad 29 grados en la escala Ritcher, ocurrido a las 9.27 horas, según recoge el Instituto Geológico Nacional, y que se achacan a la inyección de gas colchón en el subsuelo marino en el almacén del proyecto Castor. Se trata de sucesivas réplicas de terremoto de 4,2, el de mayor envergadura que ha sacudido este entorno y que hizo saltar todas las alarmas.

La Generalitat valenciana y la de Catalunya activaron ayer el plan de riesgo sísmico tras los casi 400 movimientos detectado hasta ahora. Los inspectores del Ministerio de Industria se desplazaban hoy a Vinaròs “de manera extraordinaria y urgente” para analizar in situ la planta marina y su posible vinculación con dichos sismos, tras la presión ejercida por los alcaldes de Vinaròs, Peñíscola y Benicarló, Diputación y Conselleria.

La empresa gestora, Escal UGS, mantiene que la planta “está en perfectas condiciones” y cumple “escrupulosamente” el cese de actividad ordenado por el Ministerio el pasado 26 de septiembre.