El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, y la presidenta regional del partido en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, van a decidir en los próximos días si se constituye una gestora que dirija temporalmente el partido en la provincia de Valencia ante el profundo desacuerdo existente en el seno de la formación, que está dividida.

Fuentes populares confirmaron ayer a Efe que ambos dirigentes tienen pendiente una reunión en la que decidirán si la gestora es la solución temporal en la provincia. El pasado lunes, tanto Martínez-Maíllo, como la secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, habían dejado ya la puerta abierta a una dirección provisional para intentar zanjar la crisis.

grabaciones // La difusión de las grabaciones en las que escenificaron el virulento conflicto interno abierto en el PP de la provincia de Valencia, con duras acusaciones cruzadas entre los partidarios del presidente provincial, Vicente Betoret, y los de la portavoz del PP en la Diputación, Mª Carmen Contelles, ha precipitado la intervención de las direcciones autonómica y nacional en un intento de frenar la polémica.

En este sentido, el PPCV ha planteado ahora la opción de la gestora a Génova a la dirección nacional, como confirmaron por la tarde fuentes del partido en la Comunitat ya que, aunque la voluntad es que los militantes voten y que puedan presentarse quienes lo deseen, el clima es de tal tensión que temen que el proceso solo pueda servir para enrarecer aún más el ambiente y empeorar la situación interna.

Por su parte, el actual presidente del PP provincial y aspirante a la reelección, y uno de los protagonistas de la crisis por su enfrentamiento a la también aspirante a liderar la formación provincial, Contelles, afirmó ayer que con una gestora que dirija el partido en la provincia perderían todos, e hizo un llamamiento a «la serenidad, la calma y la tranquilidad» para que el congreso de partido se pueda celebrar con normalidad, dijo.

En declaraciones a los periodistas en Les Corts, Betoret puso de manifiesto que la celebración del congreso será lo que lleve a «la absoluta normalidad», mientras que con una gestora, ha dicho, «estaríamos mandado un mensaje absolutamente negativo a la ciudadanía y sobre todo, a los afiliados y votantes».