El exconseller de Economía Vicente Rambla y el de Industria Fernando Castelló, ambos castellonenses, defendieron ayer la decisión de ampliar Feria Valencia en el 2012 como la mejor opción, e incluso, la única en aquel momento, así como destacaron el valor del patrimonio público que ahora implica el recinto.

Realizaron las declaraciones en sus respectivas comparecencias ante la comisión de investigación de Les Corts Valencianes sobre la gestión de Feria Valencia.

Rambla, quien ocupó su cargo durante el primer plan de modernización de la feria, aseguró que la decisión de ampliar fue «buena, acertada y tenía todo el sentido del mundo» en el 2002, así como que la Generalitat adoptó «todas las garantías que en aquel momento era razonable tomar» en la firma de los convenios.

sin voces en contra // El exconseller de Economía añadió que no se alzaron voces en contra y se tomó la decisión «con la mejor buena fe del mundo», en un momento presupuestario y social muy diferente al actual, concretó.

Entonces había algunas ferias que estaban registrando «dimensiones notables», como la del mueble y la cerámica, y existían «serios problemas de desarrollo», y se decidió realizar la ampliación, que la Generalitat apoyó, según puso de manifiesto.

El exconseller señaló que la economía valenciana y los sectores del mueble, el azulejo, el textil, el calzado, el juguete y el mármol en el 2002 estaban creciendo con fuerza y generando empleo, y recordó que entonces, como responsable de empleo, ofrecía una rueda de prensa mensual sobre la evolución del empleo.

Por su parte, Fernando Castelló aseguró que la ampliación de Feria Valencia era «la única y la mejor alternativa» por la «durísima competencia» entre las ferias españolas y, por tanto, «se hizo lo que tenía que hacer», apoyar el proyecto desde la Generalitat.

periodo de reflexión // Castelló señaló que a su llegada a la Conselleria se le presentó el plan de modernización de la feria, y él decidió abrir un periodo de reflexión para evaluar esta alternativa o su traslado a otro lugar.

Pero «en pocos meses despejamos la duda», porque era más complicado desde todos los puntos de vista, y porque la ampliación de las instalaciones existentes era la preferencia de los órganos de dirección de la feria, el patronato y el comité ejecutivo.

Según admitió, la preferencia de la alcaldesa de Valencia de que siguiera en el mismo lugar «tuvo que ver» con la decisión, como le preguntó la diputada del PSPV Sabina Escrig, así como las negociaciones que había para celebrar Cevisama en Madrid.