La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se preguntó ayer si hay que «montar un pollo» para que se haga caso a la Comunitat Valenciana en los Presupuestos Generales del Estado, y alertó de que al Gobierno valenciano «está a punto de acabársele la paciencia». Oltra, que se pronunció así en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell sobre las negociaciones de Mariano Rajoy con otras comunidades autónomas para los presupuestos estatales, dijo que qué han hecho los valencianos para que se les trate como ciudadanos «de segunda».

La vicepresidente afirmó que, al final, están provocando que las autonomías sepan «cuál es el camino» y tengan que «reflexionar», pues da la sensación de que, más allá de ser «amables» en la reivindicación, hay que «montar un pollo» para que se les haga caso.

Explicó que están trabajando para que haya una postura unánime de los diputados que reivindique las infraestructuras que tienen que llegar a la Comunitat Valenciana, y ha alertado de que no van a «tolerar que sean por debajo de nuestro peso poblacional», sin contar el déficit de más de 2.000 millones que se arrastra.

Oltra indicó que le parece «muy bien» que todas las comunidades tengan infraestructuras, pero hay «cosas muy sangrantes», como que el Palau de les Arts tenga una inversión estatal «ridícula», o que no haya contrato programa para el transporte metropolitano, como tiene Madrid.