El secretario general del PSPV-PSOE y president de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró ayer convencido de que la nueva ejecutiva del PSOE «representará a todas las sensibilidades» por lo que no duda en que «todos los socialistas se sentirán representados».

En una intervención en la asamblea de Izquierda Socialista, incidió en que «tras el ejemplo de democracia interna y participación» de los militantes al elegir al nuevo secretario general del PSOE, ahora tienen que «trabajar para llevar a cabo un proceso igual de democrático y abierto en la Comunitat Valenciana».

«Lo único que le he pedido a Pedro Sánchez es que también haya valencianos en la ejecutiva», bromeó el líder del PSPV respecto al proceso de elección de puestos de responsabilidad. Al mismo tiempo, animó a los integrantes de esta corriente a «seguir trabajando juntos, tanto en el PSPV como a nivel federal, porque sumar ópticas diferentes es la mejor forma de construir proyectos amplios y de consenso».

DIVERSIDAD Y DIÁLOGO // Puig enarboló la gestión de la diversidad y el diálogo como «las formas más eficaces para reparar derechos y levantar la hipoteca reputacional de la Comunitat en estos dos años de gobiernos de izquierda».

El dirigente autonómico y líder de los socialistas valencianos agradeció «el trabajo continuo, las aportaciones y las propuestas de la corriente para mejorar desde las instituciones y desde el partido este proyecto común y compartido, que es mejorar la vida de todos los valencianos. «No solo hemos echado abajo el mito de que la derecha gestiona mejor la economía, sino que hemos demostrado además que con políticas socialdemócratas es posible reconstruir nuestro tejido económico y empresarial y, a la vez, incrementar y recuperar los derechos ciudadanos que el PP había recortado», subrayó.

«Tenemos la oportunidad de seguir trabajando juntos por todos los valencianos, para mejorar su calidad de vida y seguir reparando la identidad política y la democracia perdida», añadió, para finalizar incidiendo en que no pueden «desperdiciar» poder ser «un país de libertades como ya lo fue Valencia hace 80 años como sede de la República».