El empresario Augusto César Tauroni, el único procesado que permanece en prisión en virtud del caso Cooperación, declaró ayer que la compra de oficinas con las subvenciones otorgadas para proyectos de cooperación en Nicaragua (la rama del caso objeto del actual juicio) estaba avalada por la Conselleria de Solidaridad y Ciudadanía, de la que Rafael Blasco era su máximo responsable.

Tauroni respondió a las preguntas de las partes, excepto a la Abogacía de la Generalitat, en el juicio que se sigue en el Tribunal Superior de Justicia valenciano contra él y otras ocho personas (entre ellas Blasco) por el supuesto fraude en las subvenciones de la Generalitat para cooperación internacional concedidas a la Fundación Cyes (sin relación con la constructora del mismo nombre) en el año 2008.

Según la investigación, la Fundación Cyes recibió 1,8 millones de euros de la Conselleria de Solidaridad para proyectos de cooperación internacional, principalmente en Nicaragua, donde solo llegaron 43.000 euros, mientras que gran parte, 969.875 euros, se destinaron a adquirir cuatro inmuebles en Valencia. El 25% de las subvenciones concedidas a esta fundación (456.960 euros) fueron a parar a la empresa Gestiones Iniciativas Arcmed, propiedad de Augusto César Tauroni.

pregunta para la compra // Tauroni afirmó ayer en la sala que el presidente de la Fundación Cyes, el castellonense Marcial López, también imputado, le dijo que preguntó al exjefe de área de Cooperación Sergio Aguado si con el dinero de la subvención podía adquirir unas oficinas para la fundación para hacer los proyectos subvencionados y el responsable público le dijo que sí.

Asimismo, destacó que la Fundación nunca ocultó que fuera a comprar unos pisos, pues estaba incluido en el documento presentado ante la Conselleria para optar a las subvenciones y fue aceptado por funcionarios. Recientemente se supo que Tauroni conoció a López cuando vino a trabajar en su época de informático al Colegio de Enfermería de Castellón, que aquel presidía, “hace 15 ó 20 años”, dijo ayer.

Esta relación le llevó a recomendarle que devolviese el dinero o que pusiese los pisos a nombre de quien le dijeran en la Conselleria tras ver que estaba “muy angustiado” al enterarse por la prensa de que lo hecho estaba “mal”, pues insistió en que Aguado le orientó sobre lo que era subvencionable. Además, le instó a huir de ese tema porque “la prensa te va a machacar sin tener culpa”.

En su defensa, Tauroni, considerado el cabecilla de la trama, señaló que lo suyo es “facturar y ganar dinero” y por ello presentaba a su empresa a concursos “en todas” las consellerias: “Salían las convocatorias y nos presentábamos”. La idea era “concursar a saco” y entrar “como fuera”. H