Maridaje perfecto. Acuarelas, suaves y tenues, de Pascual Cándido para rendir tributo a Gaetà Huguet. Paisajes y paisanajes forjados desde el espíritu de la tierra y del corazón amable.

Desde la equidistancia de horizontes perdidos en masías rurales que pueblan las comarcas del interior castellonense. Tal y como describía Huguet en negro sobre blanco el realismo natural, como si de una novela de Zola se tratase, Cándido muestra la realidad como es, el alma de territorios a la vez inhóspitos y embaucadores, atrayentes y solitarios, atrapados y evanescentes. Desde ayer, la pintura se une a la literatura, Cándido & Huguet, en la dirección territorial de la Conselleria de Cultura.

Una exposición que fue apadrinada por el conseller de Cultura, el castellonense Vicent Marzà, quien brindó su origen natal para refrendar las señas de identidad de un pueblo que tiene en Gaetà Huguet el más preclaro ejemplo de mecenazgo y apoyo sin fisuras al valenciano. Sanchis Guarner lo calificó como «valedor» de la lengua. Pero, además, Huguet mecenas, patricio, desde la intelectualidad y el compromiso, que supo acercar al lector la descripción detallada, sin disfrazar para nada la realidad, de una arquitectura popular que inunda las comarcas del interior del País Valenciano. Cándido ofrece ese tiempo remoto de las masías aisladas por mor de la despoblación y recuerdo de usos y costumbres.

La inauguración contó con la presencia del comisario de la misma, Jesús Broch, y la lectura de textos a cargo de Glòria Fuster, Sònia la Magra, Antoni Royo, Lola Mallén y Àlvar Monferrer, así como del director territorial en Castellón, Robert Roig, y el jefe de servicio de Cultura, Joan Cristià.

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