Así dice el saber popular en un conocido refrán con numerosas variantes que desembocan en el mismo sentido. Pasado mañana, por la tarde, en el Casino Antiguo, amigos y autoridades se reunirán para ofrecer un homenaje póstumo a Lorenzo Ramírez, fallecido prematuramente, en pleno vigor artístico. Y, como reza el refrán, «de bien nacidos es ser agradecidos», porque Lorenzo fue un pintor que aportó mucho al acervo de la capital, sobre todo.

Borriolense de nacimiento, castellonense de adopción, su paleta logró reunir variedad de colores paisajísticos, magdaleneros, «lledoneros», religiosos, costumbristas o populares. Nada le era ajeno y todo reflejaba la pasión en sus lienzos por reproducir los motivos más preciados de la capital bajo la óptica del arte.

EL MUNDO de las gaiatas reclamó su colaboración en numerosas ocasiones, así como el ámbito festivo. Cofradías como las de Lledó o el Cristo de Medinaceli o la Nueva Jerusalén borriolense son testigos de su generosa aportación: carteles, revistas, ilustraciones en general le deben su favor y su trabajo. De bien nacidos es, pues, ser agradecidos.

Lorenzo, amigo de sus amigos y aun de los que no lo eran, persona entrañable de sinceras creencias, artista de nacimiento, ensayista de técnicas y estilos originales que casi siempre anduvieron por caminos personales, salvo en contadas ocasiones. Un homenaje popular de esta índole lo tiene bien merecido.

*Profesor