Mi querida amiga Asunción Chonín Segarra (hija de mi venerado Manolo Segarra, autor de la cabalgata del Pregó y de La filla del Rei Barbut) me llama por teléfono para contarme que la han visitado en su domicilio enviados del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, con el propósito de montar una exposición antológica de su tío, por vínculo consorte, el escultor castellonense Juan Adsuara Ramos, sin duda la figura más galardonada de la historia del arte local. Me da mucha satisfacción que la Conselleria de Cultura reivindique a una figura impar de la escultura y, además, un hombre de una dignidad, un saber, una humanidad, una modestia y una sensibilidad proverbiales.

Tuve el honor de conocerle por mediación de su buen amigo Carlos Espresati y frecuentar algunas de las tertulias del Casino Antiguo en los tres últimos años de la vida del escultor a las que, junto a Espresati (continuaron asistiendo entre otros Don Ángel Sánchez Gozalbo, el pintor Ramón Paús y en ocasiones Sánchez Adell.

Recuerdo que a la hora de comer, yo acompañaba a Don Juan Adsuara hasta la casa de su sobrino Fernando (casado con Chonín). Alboreaba el otoño de 1972. Me rogó en aquel paseo que fuéramos por la plaza Mayor, porque quería entrar en el Ayuntamiento para despedirse de la estatua de Minerva. Para mí fue especialmente conmovedor el emotivo rictus de su rostro y el gesto de sus manos. Cuatro meses después fallecería y cuatro años más tarde escribía yo mi primer libro precisamente sobre él. Fueron muchos privilegios.

*Cronista oficial de Castellón