La confianza ciega en su equipo y una corazonada han permitido a David Trenco (35 años) ganar una de las cuotas más altas pagadas esta temporada en las apuestas deportivas, 650 euros por cada uno apostado. La era de internet ha dejado en un segundo plano las tradicionales quinielas, en las que hay que acertar los resultados para aspirar a los premios.

Actualmente, las posibilidades de apuesta son infinitas. Todo vale. Además de victoria, derrota o empate se pueden invertir unos cuantos euros a acertar el resultado exacto de un partido, por qué diferencia de goles se resolverá un encuentro, quién marcará, quién será el primero en hacerlo. Incluso datos menores como el número de saques de esquina, faltas, tarjetas... Todo, absolutamente, está sujeto a poner a prueba la intuición del apostante.

Nuestro protagonista decidió el pasado sábado jugársela por el 0-1 del Villarreal en el Bernabéu. Y por Fornals como autor del tanto del histórico primer triunfo groguet en el feudo madridista. «Ni siquiera tenía previsto apostar», apunta David, actualmente portero del Xert en Segunda Regional y que en sus años mozos formó parte de la escuela del club groguet, amén de su paso por otros equipos provinciales como el Almazora, el Benicàssim o el Almenara.

No es un habitual de este mundo de las apuestas futbolísticas, «había probado un par de veces», reconoce, pero en las horas previas de ese Madrid-Villarreal tuvo un presentimiento. «En el almuerzo comenté con unos amigos que el Submarino ganaría 0-1». Se fue a trabajar sin dejar de darle vueltas a ese marcador soñado, hasta el punto de que después de su jornada laboral se dirigió hasta el Bar Deportivo, en Vila-real, donde reside, para formalizar la apuesta. La lástima es que David solo tenía «tres euros en el bolsillo». «Aposté dos a la victoria del Villarreal y el otro —la moneda mejor invertida de la historia— a ese 0-1 con el que pensó toda la mañana». Y adornó su apuesta con el nombre de Pablo Fornals. Ese euro le ha reportado 650. «Casi toco el techo del salto que di tras el gol», recuerda de ese minuto 87 del partido en el Santiago Bernabéu. A veces el amor por unos colores tiene una altísima rentabilidad.