El diccionari Català, Valencià, Balear de Moll y Alcover significa «ninou» como una palabra para designar el día de año nuevo. El origen de «ninou» viene de la forma latina «anni novi», lo que deriva a la locución catalana, de uso común en la lengua vehicular de hoy, «l’any nou» y de aquí por apócope sincopado: «ninou», que ya viene citado en las crónicas de Jaime I y Pedro IV. Curiosamente el Manitú de los glosarios de la lengua catalana, señala como habitual el empleo de esa palabra, en l’Empordà, La Garrotxa, La Selva, el Ripollès, el Gironès, Guilleries, Lluçanès, la Plana de Vic, o la Vall d’Àneu, es decir comarcas del Principat. Sin embargo no hace referencia de su uso en otros territorios, singularmente valencianos en los que se habla la misma lengua (desconozco si se usa en las islas) y en particular en Castellón.

La verdad es que uno se asombra de que los escrupulosos y pulcros autores del diccionario y todos sus doctos colaboradores, no cayeran en la cuenta de la utilización del término en el área valenciana, que no es, ni mucho menos, reciente. Hay un documento procedente de la iglesia mayor de Castellón del año del descubrimiento de América, que especifica cargas de mirto para engalanar el templo para la liturgia de la celebración del año nuevo: «càrregues de murta per enramar lo dia de ninou el temple».

Un viejo refrán local que aprendí de bien pequeño de mi tía abuela Emilia, incluye esa palabra para referirse al proceso de crecimiento de la luz del día en el entorno del solsticio invernal: «Per Santa Llúcia, pas de puça. Per Nadal pas de pardal. Per. Per Ninou, un pas de bou i. Per Reis, bestia és qui no ho coneix». Feliz «ninou» 2018.

*Cronista oficial de Castellón