Apasionarse por la ciencia. Y desde el colegio. Es el objetivo de la segunda edición de la FirUJIciència, la feria con la que la Universitat Jaume I pone toda la carne en el asador para gestar nuevos talentos científicos, cara a la captación de alumnado futuro. Humanidades se convirtió en un hervidero de niños, casi mil, que se emocionaron con los experimentos en vivo, en los laboratorios para comprobar quién pone más gotas sobre una moneda, o cómo hacer volar cohetes de agua, la ciencia de la felicidad, el ADN de las células, el reciclaje… pero lo que más triunfó fue el rodaje de un Fórmula 1, o el innovador Curso del agua de la cátedra Facsa, con animación 3D, app y realidad aumentada, así como la escritura mágica, donde hubo cola.

Se busca llegar a que la voz interna del joven alumno diga “mamá, quiero ser científico”. Desde Infantil, con 4 años, hasta ESO, las sensaciones eran de curiosidad máxima, de querer tocar, oler, mover, mientras los profesores y expertos les explicaban, con un lenguaje didáctico y cercano, todo un universo de la alquimia del siglo XXI. En los últimos años la cifra de estudiantes de ciencias en Castellón ha ido bajando, quedándose ahora en stand by gracias a iniciativas como FirUJIciència, que durante todo el año incentivan al alumnado.

“Enamorarse de la ciencia es el principal objetivo”, explicaba Enric Ramiro, miembro del comité científico de la feria, que se estrenó el pasado año y que quiere perfilar futuros científicos. H