Francisco Pomares sabe bien lo que es tener una segunda oportunidad en la vida. Hace ahora siete años, cuando tenía 50, este vecino del Grao de Castellón se sometió a un trasplante de hígado que le permitió nada menos que seguir viviendo. Una operación que llegó como un milagro, cuando los médicos ya, prácticamente, le habían «desahuciado».

Tras la intervención, ha logrado perder 20 kilos y ganar en salud. Ahora pasea a diario, sale en bicicleta y disfruta de su familia. Como él mismo explica, «en el 2010, cuando peor estaba, pensaba que no llegaba a Navidad». «Nunca imaginé que podría llevar la vida que tengo hoy», confiesa. Por ello, agradece cada día la solidaridad de su donante y reconoce que «sin él, no estaría vivo».

Francisco, patrón de profesión y con toda una vida dedicada a la mar, comenzó a encontrarse mal de repente. «Recuerdo que era verano, volví a casa de trabajar y me metí en la cama. Estaba helado. Mi hija me encontró. Yo no reaccionaba y una ambulancia me llevó al Hospital General», relata. En el centro le operaron por vez primera del hígado y tuvo un derrame que casi le cuesta la vida. «Cada vez iba a peor, se me caía el pelo y también los dientes. No tenía fuerzas para nada», asevera. Tras ser atendido en Castellón, acudió a un especialista en el Hospital La Fe de Valencia. Allí le diagnosticaron una grave cirrosis hepática, provocada por una infección por hepatitis C.

«Me vieron tan mal que me colocaron el número dos en la lista de espera para un trasplante de hígado y me advirtieron de que la mitad de la gente en mi estado no conseguía salir», recuerda al echar la vista atrás.

El órgano que le salvaría la vida llegó poco tiempo después. «Yo estaba comiendo en mi casa y, de repente, me llamaron y me dijeron que tenía que estar en La Fe en una hora porque tenían un hígado para mí», comenta, todavía emocionado al recordar que su hija llegó segundos antes de que entrara en el quirófano.

El trasplante fue un éxito y tras 15 días ingresado en Valencia, volvió al Grao para comenzar su nueva vida. «La gente debe saber lo importante que es ser donante y hay que animarla a que comunique a sus familias su deseo de ceder sus órganos si algo les pasara. Solo hace falta eso y se pueden salvar muchas vidas», apunta.

¿Cómo donar órganos?

Alcer Castalia informa desde hoy y hasta el sábado acerca de la importancia de ceder órganos en una carpa instalada en la plaza Mayor de Castellón. Durante tres jornadas se realizarán charlas, talleres y actividades para concienciar a la ciudadanía. Unas mesas informativas que también instalaron ayer el Hospital General y la Plana de Vila-real con motivo del Día Mundial del Donante. La coordinación provincial de trasplantes recuerda que ser donante es muy fácil. Basta con transmitir a los allegados la voluntad de ceder órganos. Además, puede solicitarse el carnet telemáticamente. Castellón va camino de batir este año su récord de donaciones. Ya lleva 20, el 76% del total del 2016.