La música es la mejor de las medicinas, o al menos siempre hay una canción para cada personas, cada momento del día y cada estado de ánimo. Y, como muestra, en l’Alcora, dentro del Plan de la Escuela de Salud de la delegación local de Cruz Roja se ha organizado un taller de introducción a la musicoterapia de la mano de la músico y especialista en esta área Núria Albella, del Servicio de Neonatología y de la Unidad de Oncología y Transplantes Pediátricos del Hospital Universitario La Paz de Madrid. El éxito ha sido aclaparador, en pleno verano, con una actividad enfocada a toda la familia.

Descubrir qué es la músicoterapia y para qué se puede aplicar en la etapa de la infancia es el objetivo de la iniciativa, que se ha logrado «con creces», según coinciden los participantes. Para ello, Albella explicó que «la música forma parte de los seres humanos incluso antes de que existiera el lenguaje verbal, y es por eso que podemos utilizar los sonidos en sí mismos como instrumento para comunicarnos, en contextos donde la palabra no puede llegar». Y es que la finalidad es, dijo, «desarrollar el potencial de cada sujeto y restaurar sus funciones para lograr una mejor calidad de vida».

Forjar la empatía

Compuesto por una parte teórica y otra práctica, en el taller han podido participar los asistentes de todas las edades. A través de la herramienta musical, el objetivo es forjar la empatía entre el terapeuta y el receptor de la terapia. «Cuando se establecen esos vínculos en mayor o menor intensidad, se logra llegar a la persona», explicó. A partir de ahí es cuando se puede comenzar a incidir en su carácter, en su estado anímico y emocional y en su actitud y conducta, entre otros. «Es necesario que la persona ponga de su parte para poder trabajar con ella, ya que inconscientemente se relaja ante la presencia de la terapeuta y se abre. Por lo cual, se desprotege y es más sencillo influir en ella. Realizados estos puntos, se ha de tener en cuenta que la intervención terapéutica puede ser clínica o social», señaló.

Albella ejerce como musicoterapeuta y como profesora de música para niños de entre cuatro y cinco años, utilizando los componentes de la música como la melodía, armonía, ritmo, letra… y no solo eso, también el cuerpo, el silencio y varias técnicas y recursos para abordar a las personas o grupos, según sus necesidades.

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