Ser notario no es solo firmar. En pleno siglo XXI, y eso no ha cambiado, son los fedatarios de la seguridad jurídica preventiva, que eliminan posibles conflictos entre las partes; pero su actividad es poliédrica, con muchas caras y mucha variedad. Es lo que ayer pudieron comprobar en el despacho del notario José Vicente Malo en la calle Ruiz Zorrilla dos alumnas de Bachillerato del IES la Plana de Castellón que quieren cursar el año que viene Derecho, Dina Ben Hammou y Sara Hernández. Allí conocieron de primera mano los asuntos y la experiencia de 27 años, dentro de la iniciativa Notarias por un día que el Consejo General del Notariado ha activado en cinco ciudades de toda España.

«Es una oportunidad», señala Ben Hammou, que quiere «aprovechar al máximo, porque es una manera de experimentar qué se hace en una notaría». Este es el objetivo de la iniciativa, que pretende «contar a los estudiantes de Derecho, que son el futuro de la profesión», el papel de los notarios, qué hacen y «mostrar porqué es necesaria la seguridad jurídica preventiva en el día a día de todo tipo de contratos, herencias, transacciones, ventas, poderes, hipotecas, o denuncias varias», como una que gestionaron ayer «sobre derechos en Facebook», explica Malo. «La actividad es muy variada», incide. «Y hay que estar al día sobre las nuevas tendencias, como redes sociales. Un notario nunca se aburre», argumenta el fedatario.

Destaca, además, «la asesoría, gratuita e imparcial, que se ofrece al ciudadano», y reivindica que «debería haber una asignatura en ESO o Bachiller de introducción a las ciencias judiciales, porque son muchas las profesiones que necesitan una parte legal, desde los ingenieros o médicos a los periodistas, por ejemplo». «También para la ciudadanía, que a veces acude a un notario y no entiende muchos conceptos que se le plantean. Hoy por hoy, es necesaria una mínima cultura legal», añade.

«La oposición asusta un poco»

De 10.00 a 14.00 horas, Ben Hammou y Hernández compartieron con los técnicos de la oficina y con el notario la lectura de una compra, vieron cómo se preparaba un documento oficial, asistieron a una firma y debatieron, uno, sobre cómo es la profesión; las otras, sobre cómo la ven. «Me parece superdifícil; pensaba que un notario era el que firmaba y no, sino que se mueve entre papeleo, leyes y protocolos que me interesan mucho», coinciden. «Lo de las oposiciones asusta un poco», dicen, después de saber que «la media está entre tres y cinco años, pero pueden ser más».

La carrera de Derecho está en la agenda de ambas. «Parece que las únicas salidas sean ser abogado o juez, pero hay más». «Hay que ir paso a paso --señala Malo--. Primero acabar Bachiller, y ya en Derecho, ver qué especialidad coger». Las alumnas le dan «un 10» a la iniciativa: «Es importante para conocer las profesiones de primera mano».

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