Cómo ves el vaso, ¿medio vacío o medio lleno? Ahí defines si eres pesimista u optimista. El optimismo es la predisposición a entender y a analizar la realidad desde su aspecto más positivo. También es una doctrina de carácter filosófico que otorga al universo el mayor grado de perfección posible. Viene de optimum --lo mejor--, vocablo que popularizó en 1759 el pensador francés Voltaire en su cuento Cándido, lectura muy divertida y recomendable. Se opone a pesimismo, de pesimum, lo peor.

El optimista ve el lado positivo de las cosas, cree que irán bien porque tiene la capacidad de conseguirlo. Confía en que el futuro sea favorable, con lo que afronta las dificultades con buen ánimo. Intenta encontrar soluciones, posibilidades y ventajas. Son agradecidos, receptivos y creativos. Tiene alta autoestima y buen humor. Es racional, práctico, realista, perseverante y suele tener suerte porque la busca. Es alegre y divertido, valiente y decidido. Rezuma energía positiva y buenas vibraciones. Tener optimismo es muy bueno para la salud, te relaja y reduce el estrés, protege de la depresión, es indicio de correcta salud mental e inteligencia emocional. Ya se sabe que no hay mal que por bien no venga y viceversa, de todo se saca un lado bueno, si lo sabes ver.

Decía Benjamin Franklin que un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. Y lo bueno es que el optimismo se puede aprender como enseña la psicología positiva. Si no lo eres, un buen consejo es que cambies de actitud: tendrás más éxito, mejor salud y serás más feliz.

*Notario