Este mes se cumplen 20 años desde que fuera desclasificado todo un clásico de los expedientes X españoles: el ovni de 1983. Fue avistado desde Vinaròs, el 12 de julio de ese año. Fue un ciudadano francés el que observó un objeto volador de características insólitas. Al día siguiente, dio parte a la Policía Local de Vinaròs, que elaboró un informe a la Tercera Región Aérea. El objeto descrito por el ciudadano fue visto el mismo día y a la misma hora por una formación de aviones Phantom de la Base Aérea de Torrejón, por el controlador de la misma base, por dos aviones de Iberia y por uno de la ESAF. Ni los radares del Sistema de Defensa Aérea lo detectaron. El asunto llegó incluso a la Mesa del Congreso y fue desclasificado en enero de 1996 por el Ejército del Aire.

El día 12 de julio de 1983, a las 22.25 horas, un ciudadano francés de 45 años avistó desde la terraza de un séptimo piso de Vinaròs un objeto volador no identificado en dirección noreste, en las inmediaciones de las montañas que hay entre Xert y Morella. El testigo cogió unos prismáticos de precisión y lo observó durante más de un minuto. El objeto había dejado tras de sí una amplia estela luminosa en forma de espiral, según explicó a los policías locales el día siguiente, en cuyas dependencias dibujó el objeto y su estela. Los agentes redactaron un informe detallado que enviaron a la Tercera Región Aérea, que a su vez lo remitió al coronel jefe del Sector Aéreo de Valencia para su investigación.

Del suceso no se supo nada más hasta que el diputado del grupo parlamentario popular Gabriel Elorriaga preguntó en la Mesa del Congreso qué documentación oficial había sobre este avistamiento, qué reacciones se habían producido por parte de los sistemas de control, y si era suficiente y adecuado el control aéreo existente para evitar una violación del espacio aéreo español. A partir de ese momento se empezaron a elaborar diferentes informes.

El escrito de la torre de control de Torrejón dicta que, a las 20.15 horas del día 12 de julio, a la altura de Daganzo y, de este a oeste, se observó un objeto que volaba a mucha altitud, similar a un cohete, y que dejaba una larga estela luminosa. En principio, dicta el informe, parecía un avión, ya que estaba en el crepúsculo y la estela podría ser el reflejo del sol a causa de su altitud. Instantes después, Madrid Control comunicó a la torre de Torrejón que algunos aviones en circulación habían divisado el mismo objeto desconocido.

testimonio // De igual modo, otro informe, el que formuló un capitán de aviación que observó el fenómeno mientras estaba en pleno vuelo, indicaba que vio el objeto “efectuando un viraje muy fuerte de un radio muy pequeño y empezó a subir con un gran ángulo y mucho régimen de ascenso, produciendo la sensación de que se trataba de un avión que iniciaba un combate, aunque la estela era muy luminosa y cónica, con perfiles muy definidos”.

El Mando Aéreo de Combate (MACOM) emitió un informe que respondía a las preguntas formuladas por Elorriaga. El informe también señala que ni los radares de Madrid Control ni los del Sistema de Defensa Aérea lo detectaron y que “volaba a unos 60.000 pies de altura y a una velocidad de dos a tres veces la del sonido”. Según el MACOM, había dos explicaciones del hecho observado que pasaban porque “fuera un meteorito que penetró en la atmósfera y se desintegró o que fueran restos de algún objeto espacial”. El 10 de enero de 1996, el caso quedó definitivamente desclasificado al “no apreciarse aspectos que hagan aconsejable mantener su condición de materia clasificada”. H