Ya hemos asistido al primero de los muchos combates pugilísticos que se producirán esta legislatura entre el PSPV-Compromís y sus socios de gobernabilidad. Y digo de gobernabilidad, que no de gobierno, porque Castelló en moviment no forma parte del equipo de gobierno municipal. La marca blanca de Podemos en la capital de la Plana apoyó al tándem Marco-Nomdedéu el día de la investidura pero no quiso ayudarles a regir los destinos de los castellonenses en lo universal. Dieron un paso atrás cuando debían darlo hacia adelante y defraudaron así a muchos de sus votantes, aunque cumplieron a rajatabla con los dictados de su líder espiritual.

Desde esa posición de comodidad pretenden ahora marcar el paso a la alcaldesa, apoyando o reprobando lo que hace o deja de hacer. Y así, queridos lectores, es como llegamos a esta primera crisis de asociados, que no socios, que ha estallado en plenas fiestas de Sant Pere.

A los de Pablito Iglesias les ha sentado como una patada en las mismísimas gónadas el que varios concejales de PSPV-Compromís hayan participado en los actos religiosos de las fiestas del Grao. Y yo me pregunto… ¿Pero qué esperaban? ¿De verdad creían que la buena de Amparo Marco iba a ausentarse de tamaño acontecimiento para no molestar a los de Pauly Churches? ¡Faltaría más! Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. H