Hermanos: en estos momentos en los que los partidos políticos ya se han tirado al monte para empezar a demostrar sus diferencias con el de enfrente o con el de al lado. A poco más de un año vista de unas elecciones europeas, autonómicas y locales en las que nos jugamos el futuro hasta el 2023, vamos a divertirnos con las tensiones internas dentro de las formaciones políticas, con las tensiones entre socios de gobierno que quieren comerse el pastel del que hasta ahora ha sido su querido socio del alma, y de los que está buscando como locos trapos sucios de los de enfrente para poder decir aquello de «¿lo veis? ¡Si todos son iguales!».

Tal vez todos nosotros (y nosotras, como suele decirse ahora) deberíamos buscar el ejemplo de San Iniesta. Un tipo normal, que fabrica con normalidad verdaderas obras de arte. Que no le importa que sus obras de arte las finalice otro y que sea el compañero y socio de jugada quien se lleve la gloria. Que en una Copa del Rey acalla los pitos y los transforma en un gran aplauso de todos los que están en el campo. Que puede hacer olvidar las diferencias entre los unos (sin H) y los otros (también sin H). Y los levanta de su asiento para despedirlo en pie.

TAL VEZ este sea el tipo de líderes que necesitamos todos. Un ejemplo de cómo ser brillante, con humildad, que trabaja para el equipo y que lo convierte en una máquina potente. Que armoniza las individualidades espectaculares de Messi con el magnífico trabajo del resto del equipo. Y que, de vez en cuando, pone la guinda. Y, sobre todo, nos une. Roguemos porque nuestros partidos políticos encuentren su San Iniesta. Amén.

*Abogado. Urbanista