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La final alcanzada en el Challenger de Roma en su último torneo tiene que provocar un punto de inflexión en el intento de Dani Gimeno por regresar a uno de los puestos de élite en el ránking mundial —llegó a ser el 48 de la ATP—. Hacía dos años y medio que no luchaba por un título —desde su triunfo en Bucaramanga en febrero del 2015—, pero en todo este tiempo el camino no ha sido precisamente de rosas, viviendo por momentos un auténtico calvario, y las lesiones han impedido ver su mejor versión sobre la pista.

El final de la temporada pasada fue para olvidar. Tuvo que parar por problemas físicos y cuando volvió, el pasado febrero en Quito, un pinchazo en el codo le llevó al quirófano para reparar el tendón de la epitroclea. «Fueron momentos muy duros, que por suerte ya están olvidados. Ya no siento ningún dolor en esta zona, aunque después de jugar ocho partidos en nueve días en el último torneo…», señala el nulense.

Una dinámica, la vivida en Roma, que a Gimeno le gustaría mantener todas las semanas: «Sería una buena señal, puesto que me permitiría alcanzar más finales», aunque en la capital italiana tuvo que afrontar más partidos porque accedió al cuadro final a través de la previa, llegando a primera ronda con tres encuentros ya a sus espaldas. Esto no impidió que derrotase a cuatro jugadores con mejor ránking que el suyo y solo pudiese con él Filip Krajinovic, 105 de la ATP.

Un salto de 176 puestos

Gimeno solo había perdido puestos en el ránking mundial durante su inactividad y tras su regreso a la competición, algo que hizo antes de lo esperado, a finales de mayo, en la previa de Roland Garros. «Aunque no estaba al 100%, tenía esta fecha marcada, pero perdí mi primer partido», comenta. Esta tónica se mantuvo en los siguientes torneos, ganando su primer duelo en un Challenger en Alemania a mediados de agosto. Y a finales de este mes tocó fondo, al situarse el 806 de la ATP. A partir de aquí solo podía subir.

Dicho y hecho. En poco más de un mes, esta misma semana, se ha situado el 453 del ránking mundial, escalando 176 puestos con respecto a la anterior semana (629º) después de sumar 51 puntos en Roma. «Cada partido me estoy encontrando mejor y si mantengo esta línea, seguiré subiendo puestos. Me veo con capacidad para lograrlo, puesto que físicamente estoy mejor que cuando era más joven y mentalmente también estoy muy bien», indica el otra vez número dos provincial, que a sus 32 años considera que todavía puede conseguir grandes cosas. «Sigo encontrándome con fuerzas y mientras las tenga, voy a luchar al máximo en cada uno de los torneos».

Tres torneos y vacaciones

Una vez ha rozado un nuevo título en su palmarés, Gimeno encara con más ganas la recta final de la temporada, a la que pondrá fin cuando termine octubre. A partir de entonces, y tras tomarse un pequeño respiro, volverá a ejercitarse a las órdenes de su entrenador, José Francisco Altur, para preparar de la mejor forma el 2018, un año en el que defiende pocos puntos y puede relanzar su carrera.

Pero antes afrontará los tres últimos torneos de esta temporada, que una vez han bajado el telón los Challenger serán tres Futures. El primero, tras tomarse unos días de descanso, será la próxima semana en Riba-roja, para luego desplazarse a territorio italiano y jugar durante dos semanas seguidas en Santa Margherita di Pula.