Sergio García vive uno de los momentos más plenos de su vida deportiva y personal. A la dulce espera que aguarda junto a su mujer, Angela Akins --embarazada de la primera hija de la pareja--, se suma el año más brillante de su carrera profesional. En este 2017 el borriolense (37 años) por fin logró su gran objetivo desde que dio el salto a profesionales en 1999, conquistar su primer Major, que logró en el Masters de Augusta.

Como colofón a la temporada, Sergio cerró ayer la competición en el Abierto de Australia, donde concluyó en la 24ª plaza en la que ha sido su primera experiencia en Oceanía. El castellonense aprovechó uno de los últimos viajes en los que le acompañará su esposa antes de que nazca la niña para hacer un poco de turismo. El matrimonio realizó una divertida visita a Currumbin, un santuario de la naturaleza, en el que pudo estar en contacto con las especies más características del continente oceánico. Entre los animales a los que conocieron habían koalas, canguros, águilas y también las serpientes pitón. La mujer del golfista, periodista de profesión, quiso compartir la experiencia con sus seguidores de las redes sociales. «Ha sido increíble y me ha impresionado mucho la visita», explicaba Akins, quien reconoce la labor del paraje natural, que acoge muchos animales heridos para curarlos y ponerlos de nuevo en libertad. «Hacen una labor fantástica», manifestó la norteamericana.

La pareja no tuvo miedo a sostener ninguno de estos animales. La periodista, que se encuentra en su sexto mes de embarazo --el nacimiento del bebé está previsto para marzo--, se atrevió a coger un enorme águila y posó, sonriente y confiada, con el ejemplar. Sergio, por su parte, se sorprendió con las dimensiones de un canguro: «Es el tipo de persona con la que no querrías perder el tiempo. Era muy grande», bromeó.

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