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La Vilavella abrió ayer una vía ferrata que es única en España y de las más singulares de Europa. Un atractivo turístico que fue estrenado por la alcaldesa, Carmen Navarro; el concejal de Deportes, Domingo Rodríguez; y el párroco local, Ignasi del Villar. También les acompañaron responsables de Espaipark y Viunatura, impulsores de esta atracción. Ellos fueron los primeros en realizar el recorrido de esta nueva ruta que arranca a los pies de la cantera, concretamente, en el espacio de la zona deportiva de la localidad.

Entre los alicientes de la propuesta está que nace a pie plano. Una característica que la diferencia de otras, que suelen tener su origen en medio de la montaña. La de la Vilavella empieza a los pies de la antigua cantera y cuenta con una longitud de 180 metros, con una altura de 85 metros. Para Rodríguez, «esta vía tiene dos partes, por una sube el trazado hasta arriba y por otra, desde la mitad de la subida, es posible hacer rapel volando».

Un eje peculiar

Personas relacionadas con el deporte de montaña resaltan las peculiaridades que tiene esta vía ferrata. Factores muy importantes para los amantes de esta disciplina, a la que se le suma la alternativa de montar en tirolinas, algún rapel guiado, aéreo o péndulos. En definitiva, un circuito más que excepcional.

Desde un principio, la idea «ha sido conectar toda la zona histórica, pues finaliza en las inmediaciones de los restos del castillo y desde ese punto se pueden visitar las ruinas del monumento, así como se puede disfrutar de las magníficas vistas de la llanura de esta comarca. La Vilavella consigue así que cualquier persona amante del senderismo conozca toda la historia local en este recorrido», argumenta.

Al ser un espacio abierto, el Ayuntamiento no tiene intención de poner ningún canon por su utilización. Así se facilita el uso de un recurso excepcional, que cuenta con vistas al mar.