El interés por la Valltorta se dispara. El Museu, gestionado por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deportes --en el término de Tírig--, recibió 17.120 visitantes en el 2017, lo que supone una media de casi 50 entradas al día en el año en el que se conmemoró el centenario del descubrimiento de estas pinturas rupestres. Unas cifras que suponen un aumento de cerca del 30% respecto al 2016 y que prevén mantener o superar a lo largo de este 2018.

De hecho, no han parado de crecer en los últimos 24 meses. En el 2015 se registraron 13.106 entradas, mientras que en el 2016 se alcanzaron las 14.089. Y el pasado 2017, momento de celebración de la efeméride, se incrementaron en 3.000. «El centenario de la Valltorta no ha sido únicamente una conmemoración, sino una oportunidad para poner en el lugar que se merecen las pinturas rupestres y los abrigos donde se encuentran. Ha sido el punto de partida para recuperar la difusión de este patrimonio excepcional que tenemos en el interior de Castellón y el aumento de turistas lo constata», apunta el conseller de Cultura, Vicent Marzà.

«No es un recurso cualquiera, es el más antiguo, el que nos hace mirar más atrás para explicarnos qué somos y qué hacemos en el mundo. Hemos de contribuir, desde el punto de vista de la cultura y el turismo cultural, a la generación de oportunidades en estas comarcas», añade Marzà, quien considera que «son claves para hacer del Maestrat y Els Ports, y también de l’Alcalatén, Alt Millars y el Alto Palancia, territorios con futuro de prosperidad».

Ritmo anual

La frecuencia de los accesos fue constante durante los 12 meses, si bien destaca marzo, que triplicó las cifras de febrero, con 1.451 visitantes, coincidiendo con la presentación de las actividades y el centenario de los descubrimientos. El de mayor afluencia fue abril, con las jornadas de puertas abiertas. La mayoría de visitantes procedían del resto de la Comunitat y de otros puntos de España, aunque destaca las llegadas de ciudadanos de la UE. También creció la afluencia a los abrigos. La Cova dels Cavalls, el primero que se descubrió en 1917, duplicó el número de entradas, con 10.042.

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