Cecilia Bartoli exhumó la obra del compositor, sacerdote y diplomático Agostino Steffani en un exquisito álbum con edición de novela negra titulado ‘Mission’. La mezzo romana se ha enamorado de la obra del compositor contemporáneo de Arcangelo Corelli que trabajó sobre todo en Alemania y fue conocido en todo el continente por su música operística. Buena prueba de ello es que vuelve con un nuevo álbum de Steffani dedicado a la música religiosa. Junto al conjunto Instrumental I Barocchisti y su líder Diego Fasolis, amén del encomiable coro de la Radio suiza y de un conjunto de primeras voces todas ellas avezadas en el repertorio barroco. Además del Stabat mater, las restantes piezas sagradas --salmos, antífonas, motetes-- que concluyen el álbum dan la mejor idea de la diversidad del estilo de Steffani, Algunos de ellos están en la línea de Palestrina en el estilo coral tradicional no acompañado; otros se sitúan en el concepto barroco italiano del siglo XVII con grandes oposiciones de grupos corales; frente a arias de indudable intención operística La pista nueve del Stabat Mater, puede ser una referencia de indudable hermosura, con tintes bachianos. El lamento de la Virgen, de incuestionable tragedia tiene graves tintes sombríos que permiten mostrar el registro más central de la gran mezzo italiana. Pero si importante es la aportación de Bartoli no menor es la de los solistas masculinos Daniel Behle, Julian Prégardien y Salvo Vitale, cuyo terceto deja al descubierto tintes sepulcrales en la belleza de su dicción.

Este registro es una magnifica reposición de una obra injustamente olvidada y es muy recomendable no solo para los aficionados a la música barroca. H