De casta le viene al galgo, es decir, que los hijos heredan las cualidades de sus progenitores. El refranero castellano es rico y suele dar en el clavo, sobre todo si hablamos de Jesús Chuchito, hijo de Chucho ValdésChucho, quien a su vez es hijo del gran Bebo ValdésBebo. Pianista de tercera generación, Chuchito forma parte de una de las sagas musicales más representativas y singulares del último medio siglo. Ciertamente, no necesita presentación. ¿O sí?

La historia de la familia Valdés es sinónimo de música, música y más música. “La música estaba en casa. Era como almorzar o desayunar, uno estaba jugando por aquí y por allá y la música estaba en el ambiente”, ha contado en más de una ocasión Chuchito, quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en Estados Unidos --cuenta con varias nominaciones a los Grammy Latinos--, de ahí, quizá, que en España sea menos conocido que su padre y su abuelo. Ante ese hecho suele bromear bastante, diciendo que “aquí la gente no sabía de mí y cuando me vieron se quedaron con la boca abierta”. Aunque bromee, algo de razón tiene, pues lleva en su sangre el legado de dos leyendas del jazz cubano, lo que unido a su formación le permite contar con un dominio espectacular del piano que, por momentos, como muchos críticos aseguran, “recuerda a Oscar Peterson o a Monty Alexander”.

Qué duda cabe de que Chuchito Valdés es un ilustre heredero de sus predecesores, logrando una deliciosa forma de interpretar los tesoros de la música cubana como el mambo, el danzón, el cha-cha-chá o el son montuno, algo que la provincia de Castellón tendrá oportunidad de comprobar gracias al Festival Internacional de Música de Oropesa del Mar, el ORFIM. Chuchito será el gran atractivo de la décimosegunda edición de esta cita que dará comienzo el próximo 4 de agosto.

Si para Chuchito Valdés dedicarse a la música “fue un proceso natural”, disfrutar de su arte pianístico lo es también, aunque deberemos esperar todavía un poco, pues su concierto junto a Sandra Carrasco --una de las mejores voces del nuevo flamenco-- será el que cierre esta cita que se desarrollará en la calle San Jaime, en pleno casco histórico de la localidad de Orpesa, el día 8.

ACTUACIONES // La compañía G9Danza inaugurará el ORFIM con su espectáculo 9 solo 9, fruto de la labor de investigación del movimiento y las nuevas tendencias de la danza española. Sin olvidar las raíces de este tipo de danza, las bailarinas de esta agrupación proponen una función en la que combinan cinco piezas coreográficas, todas ellas unidas por las cadencias españolas. Desengaño, Mucho más que eso, Nostalgia de ti, ¡Que me quiten lo bailao! y En tierra de nadie componen esta pieza en la que el espectador seguro se sumerge en la pureza y fuerza de la danza española. G9Danza utiliza la danza estilizada y el baile flamenco para transmitir sentimientos y vivencias.

Y de la danza a la música clásica. El 5 de agosto, en el mismo escenario y horario --23.00 horas--, la European Union Chamber Orchestra será protagonista. La EUCO, como se la conoce habitualmente, inició su trayectoria en 1981 y pronto se hizo con una reputación internacional erigiéndose como embajadora musical de la Unión Europea. Muchos han sido los distinguidos artistas que han actuado junto a ellos, como Mischa Maisky, Julian Lloyd Webber, James Galway, Ivo Pogorelich, Gil Apap, Nicola Benedetti o, en este 2015, el pianista de origen ruso Nikolai Demidenko, que no olvidemos actuó en el Auditori i Palau de Congressos de Castelló el pasado marzo.

El ORFIM ofrecerá también el día 6 un Concierto Músico Mágico, espectáculo didáctico diseñado para público infantil o familiar en el que se unen el mundo de la música y el del ilusionismo. Y al día siguiente, 7 de agosto, de la mano de su director titular, el nulense Miguel Ángel Martínez, el Grup de Veus Música Viva deleitará a los asistentes con uno de los proyectos más ambiciosos de su trayectoria iniciada hace una década, el montaje Un día en la ópera. La guinda del pastel, como ya avanzamos, tendrá un toque flamenco y cubano. Mestizaje de altura gracias al Ayuntamiento de Orpesa, a la Diputación Provincial y a CulturArts.