Ana Vernia está llevando a cabo un trabajo equilibrado, fiel a sus inquietudes artísticas y a una técnica que va depurando poco a poco hasta crear un lenguaje propio. Todo ello, además del esfuerzo, le ha servido para resultar ganadora del XVI Premio Nacional de Pintura Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que se convoca anualmente con el patrocinio de Ámbito Cultural de El Corte Inglés. El sueño de Dover es el título de la obra premiada por el jurado que también dio dos accésits al valldeuxense Juan Vicente Titos Corma y al sevillano Rafa López.

--En primer lugar, ¿qué supone para tu trayectoria recibir un premio del calibre del Nacional de Bellas Artes de San Carlos?

-Un premio así supone un gran impulso a mi carrera, me hace “mas visible” y esto es imprescindible, puede abrirme puertas a la hora de proyectar mi trabajo en galerías importantes.

En el mundo del arte, y supongo que ocurre en todas las profesiones, hay momentos que suponen una “cristalización”, te das cuenta de que ha ocurrido algo que se venía fraguando y que por fin puedes de alguna manera “materializar”.

--El sueño de Dover

-Las obras normalmente son intuiciones mezcladas con recuerdos que “hierven” constantemente en la misma “olla”, y eso hace difícil dar un solo significado, ya que es una mezcla cambiante.

El título, El sueño de Dover tiene un origen cinematográfico, se inspira en la película My Fair Lady, de George Cukor. En un momento de la película, la protagonista, Elisa Doolittle (interpretada por Audrey Hepburn), es invitada a las elegantes carreras de caballos de Ascot, y olvidando el protocolo, cuando comienza la carrera, grita obscena y apasionadamente animando al caballo por el que apuesta que se llama “Dover”. Ese grito desgarrado, dejándose llevar por su verdadero instinto, me llamó la atención.

El sueño de Dover enraíza en esta idea, el “cabalgar” de las pasiones y de las ilusiones, por encima de lo que nos imponen y está por defecto predeterminado.

--El hecho de que entre los miembros del jurado hubieran personalidades como Román de la Calle o Enric Mestre, dos pilares fundamentales dentro del arte no solo a nivel de la Comunitat si no a nivel nacional, supone un auténtico aliciente para tu moral, ¿no crees? Significa que vas por buen camino.

-Ha sido un orgullo enorme para mí, que estas personalidades, Román de la Calle, Enric Mestre, Carmen Calvo, Jose María Yturralde… y algunos más, estuvieran en el jurado que decidió que mi trabajo merecía ganar. No puedo explicar con palabras la “dosis de confianza” que ha supuesto para mí, y como dices, un gran aliciente, un impulso enorme para creer más en mí misma y en el camino que he elegido.

--¿Crees que el artista, la persona que realmente quiere dedicarse por entero al arte, para sobrevivir hoy necesita de los concursos y premios? Es decir, ¿puede el artista que no sea un Jeff Koons, por citar un ejemplo actual, vivir exclusivamente de su trabajo?

-En primer lugar, pienso que el arte es imprescindible para mejorar, como personas y como sociedad, y en ese aspecto en España debemos cambiar algunas cosas. En otros países, como Estados Unidos, por ejemplo, el arte está más integrado y el artista no tiene que esta continuamente justificándose.

En cuanto a lo de “vivir exclusivamente de nuestro trabajo”, es algo que en mi opinión depende directamente de varios factores; el más importante es seguramente el trabajo duro, constante, pero también el saber retroalimentar la ilusión, la motivación a pesar de las dificultades, sobre todo al principio, y por supuesto ir forjando tu nombre, a base de esfuerzo y de intuición, saber en que galerías o en que representantes te apoyas, dónde exponer… Es una carrera que hay que mimar y cuidar continuamente porque nunca estas “a salvo”del todo. El mercado del arte es muy duro y muy dinámico. Hay que estar siempre atento y seguir vivo en la “rueda”.

--Desde tu punto de vista, ¿existen suficientes recursos económicos y, sobre todo, de infraestructuras para que un artista pueda desarrollar su trabajo, evolucionar? ¿Es accesible entrar en ese circuito quizá un tanto endogámico de las exposiciones a nivel institucional?

-Nunca hay suficientes recursos económicos que permitan sacar todo el talento que hay en nuestra sociedad, y creo que es un gran error. Estamos matando a la “gallina de los huevos de oro”.

Como he comentado antes, en otras sociedades se han dado cuenta de que potenciar la creatividad y la imaginación es rentable a largo plazo y dedican más esfuerzos tanto a nivel público como a nivel privado, para que la gente dé todo lo que es capaz de dar, con resultados sorprendentes.

En cuanto al circuito endogámico del que hablas, creo que por un lado no es tan “endogámico”, ya que seguramente con esfuerzo y talento se abren puertas, pero también creo que no es tan determinante ahora mismo para la carrera de un artista. Hay otras opciones sobre todo por parte de inversiones privadas. Creo que vamos cara a un mundo, en el que la manera de financiarse o de darse a conocer, es en sí mismo un reto “artístico”, algo que hay imaginar y crear de nuevo.

--Perdona mi ignorancia pero… ¿tienes galería que te represente?

-Sí, tengo una nueva galería que representará mi trabajo, Galería Shiras, que abre sus puertas por primera vez en Valencia a mediados de octubre.

Es un nuevo proyecto que apuesta fuerte por nombres consagrados dentro del panorama artístico y por gente joven que emerge con fuerza. Estamos todos muy ilusionados con esta nueva etapa que comienza.

--¿Tu paso por las becas Hàbitat Artístic que impulsa el Ayuntamiento de Castellón, y ahora en colaboración con el Espai d’Art Contemporani, te abrió algunas puertas?

-Las becas Hàbitat Artístic fueron muy importantes para mí, y por supuesto que abrió puertas. Siempre que te otorgan una beca o un premio, te pone automáticamente bajo el “foco”. Esto hace que se fijen más en ti y la obra cada vez sea más conocida en los circuitos de galerías, marchantes, ferias... Además, en el aspecto puramente creativo, me permitió desarrollar un proyecto llamado ‘El objeto amable’ durante seis meses, y exponerlo después.