Entre mis experiencias jazzísticas más relevantes, es decir, de las que he vivido con mayor intensidad por el ambiente, la historia y su significado, se encuentra el concierto que tuve ocasión de disfrutar en el Village Vanguard de Nueva York. Fue en el verano de 2014, y tenía muy claro que en mi primera visita a la Gran Manzana era imposible no visitar una de las mecas del jazz. Así pues, hice todo cuanto estuvo en mi mano para acudir al club situado en el 178 de la Séptima Avenida, en el barrio de Greenwich Village.

Bajar las empinadas escaleras que te conducen al sótano de este local fundado en 1935 es uno de los momentos de mayor emoción de cuantos he vivido hasta la fecha. Algunos pensarán que estoy loco, o que no es para tanto. Pero pensar que en ese mismo espacio actuaron algunas leyendas como John Coltrane, Bill Evans o Dexter Gordon, es algo indescriptible. Para más inri, tuve ocasión de conocer en persona a Lorraine Gordon, viuda de Max Gordon, propietario del club, y ex mujer también de Alfred Lion, co-fundador del mítico sello Blue Note; es decir, una de las figuras más relevantes del jazz norteamericano, pues Lorraine, a sus casi 94 años, es la memoria viva de una época dorada de la historia de la música contemporánea.

El pianista Harold Mabern protagonizaba el concierto al que asistí. Ni qué decir tiene que Mabern es otra de esas figuras emblemáticas, compañero de fatigas de J. J. Johnson, Max Roach, George Coleman, Sonny Rollins, Freddie Hubbard, Lee Morgan... La lista es demasiado extensa, aunque hay algunos nombres, más actuales, que merecen la pena destacar, como por ejemplo el cantante Gregory Porter o el guitarrista Peter Bernstein. Ambos participan en el último disco de Mabern, Afro Blue, junto a Norah Jones, Kurt Elling o Eric Alexander, por citar tan solo a algunos artistas que no han dudado en formar parte de este proyecto discográfico con mucha química.

Resulta curioso cómo en apenas unos días actuará en el Teatre del Raval de la capital de la Plana el guitarrista Peter Bernstein gracias al ciclo Jazz a Castelló. En una ocasión ya destaqué que forma parte de otra de las generaciones esplendorosas del jazz, esa que encabezan figuras como Brad Mehldau, Joshua Redman, Mark Turner, Christian McBride, mi admirado Brian Blade... Son varios los álbumes que he disfrutado en los últimos años en los que la presencia de Bernstein es sinónimo de calidad. Sin ir más lejos, el Freedom in the groove, de Redman (1996), o el que le diera a conocer, su álbum Somethin’s Burnin’ de 1992 con la presencia de Mehldau, John Webber y el inigualable Jimmy Cobb --único superviviente del mítico Kind of blue de Miles Davis--.

El próximo jueves, 10 de enero, a partir de las 22.30 horas, el mejor jazz vuelve a Castellón para hacernos la vida más emocionante.