Fue bonito mientras duró. La Copa RFEF, el subcampeonato, los 30.000 euros de recompensa y la sensación de haber sido el centro de atención a nivel nacional por méritos deportivos durante unos cuantos días, ya son historia. Los ecos de la final siguen, pero los albinegros no tienen tiempo más que para reponer fuerzas, preparar como buenamente puedan el compromiso liguero de mañana y a partir de ahí, el objetivo es claro: reconquistar el liderato.

Son ya medio centenar exactos de partidos oficiales en las piernas (los 16 de la Copa RFEF se suman a las 34 jornadas disputadas) y miles de kilómetros por carretera, pero toca el esprint final. Seis partidos restan para que la competición regular toque a su fin y con un Castellón muy próximo a certificar su pasaporte para los play-off (tiene nueve puntos de colchón), el objetivo es reconquistar el liderato que las distracciones, cuyo principal origen han sido, en palabras de Calderé, el avance copero hasta la mismísima final, permitieron que el Atlético Levante se lo arrebatara, después de que los orelluts lo consiguieran merced a siete victorias consecutivas que, entre otras cosas, le permitieron obtener el honorífico título de campeón de invierno.

MÍNIMA DESVENTAJA // No depende de sí mismo el Castellón que, eso sí, no puede estar más pegado a su principal enemigo. Solamente un punto y un gol por detrás (en caso de empate final a puntos, habría que acudir a la diferencia entre los anotados y los encajados, después de la X tanto en Bunyol como en Castalia). Son seis encuentros para dar la vuelta a la tortilla, de los que tres serán en los próximos ocho días.

La disputa del partido en Cullera, correspondiente a la jornada aplazada hace mes y medio por el parón del fútbol autonómico, motiva que la visita al campo de Aèria se intercale con el Castellón-Alzira de mañana y el encuentro frente al Atlético Saguntino en el Nou Camp de Morvedre del siguiente fin de semana.

PENDIENTES DE... // El once de Stadium Gal ya contaba con el compromiso liguero más inminente. De él, repetirán muy pocos: Guille Vázquez (descansó en La Nucía), Castells (jugador con gran ascendencia) y Rubén Suárez (imprescindible a día de hoy) son los que tienen todos los números.

El resto deberían salir de entre los que estaban en el banquillo (Dani Pujol ni siquiera tuvo minutos) y la mayoría de los que se quedaron en la grada del estadio irundarra. Sin embargo, será difícil que Uriarte y Carrillo estén recuperados, con lo que serían tres las bajas para recibir al conjunto dirigido por Dani Ponz, toda vez que Juanra cumple sanción).

El desgaste viene, precisamente, por el largo desplazamiento, que ha reducido las sesiones preparatorias y ha alterado la rutina habitual. Y ya saben que los albinegros suelen pinchar después de un partido copero a domicilio... H