Se acabó el 2014 en el Madrigal. Final con sabor a victoria, goleada, puerta a cero y , sobre todo, los 30 puntos. Más allá del resultado, el año nos deja la consolidación del equipo en las tres competiciones y muchos referentes que auguran un buen 2015. Lo más importante, vivir una Liga, pese a las lesiones, a muchos puntos del descenso para diluir los posibles sufrimientos.

El 2014 nos deja la obsesión del gol --a veces con exceso-- de Vietto, la contundencia y progresión de Gabriel, las asistencias de Cheryshev, el retorno a casa de Gerard Moreno, el asentamiento definitivo de Trigueros y Jaume Costa, la transformación de Mario en Súper Mario o la irrupción de la calidad de Moi. Por no hablar de la justicia que el internacional Bruno, el crack, se ha ganado a pulso, con humildad y trabajo. Muchos de ellos son fruto de la apuesta indudable, incluso en los momentos difíciles, por la Ciudad Deportiva.

Sin olvidar que el 2014 también nos ha brindado grandes momentos de solidaridad, como el proyecto Units per l’Esperança de la Penya Celtic Submarí con la plena colaboración del Villarreal. Todo un ejemplo, ahora que se habla tanto de aficiones. Por lo que nos han regalado en el campo, por los protagonistas, por los que reaparecerán, por los que creen y ven en el fútbol unión y por lo que nos espera, bien se puede brindar. El primer brindis, ayer, para rematar una buena paella. H