Sergi Escobar lloró con desconsuelo en la rueda de prensa que certificaba su destitución. Vicente Montesinos le acompañó (junto a algunos colaboradores del técnico y al capitán David Cubillas). «Estoy aquí para reconocerle personalmente todo lo que ha hecho por este club», introdujo el presidente. «El año pasado fue muy especial, para esta directiva y para el club, porque después de una era oscura, conseguimos salir del pozo de Tercera», añadió. «Aunque sea en esta situación tan dura, porque ha sido una decisión muy dura, le doy mi más sincero agradecimiento, porque lo que hemos vivido ha sido histórico y entra en los anales en la historia de este club y de esta ciudad», ahondó Montesinos antes de que Escobar tomase la palabra por vez primera, embargado por las lágrimas.

«Doy las gracias a Vicente [Montesinos], Àngel [Dealbert], Pablo [Hernández], Jordi [Bruixola]…, a todos los que conformáis la directiva, por confiar en nosotros el año pasado», comenzó. «Fue una decisión muy valiente, que no todos la toman», reforzó. «Conseguimos algo muy bonito que quedará siempre en el recuerdo nuestro y en el de la ciudad», aseveró. «Doy las gracias también a mi cuerpo técnico entero, por ser unas personas que se desviven por esto que es el fútbol», desarrolló. «También a la plantilla del año pasado, porque, gracias a ellos [los jugadores] pudimos vivir algo mágico», enumeró, sin nombrar explícitamente al equipo de este curso, antes de completar los agradecimientos con la afición, «por ser el patrimonio más importante del club, inmortal». «Ha sido un orgullo salir al templo de Castalia y disfrutar de todo lo que conlleva. Se acaba el sueño, pero volverán otros. Pam, pam, orellut!», acabó su primera intervención.

Repuesto ligeramente, respondió a preguntas. «Respeto la decisión, pero no la comparto. Faltó un poco de tiempo, pero ya sabemos cómo es el fútbol», indicó sobre como veía la destitución. «Ha habido dudas desde el principio, ha sido complicado, pero no voy a entrar en consideraciones, me quedo con todo lo bueno que me ha dado este club», dijo, esquivando la polémica... momentáneamente, porque sostuvo que «hay una buena plantilla, pero para un objetivo tan ambicioso [el ascenso], pondría algún interrogante». «El club es ambicioso, y si se ha quedado corto, hará movimientos», corrigió.

Para renovar, Escobar pidió una excedencia de dos años. «No me arrepiento, porque la vida está hecha para valientes. Estoy orgulloso de haber tomado esa decisión, la volvería a tomar», consideró. «Necesito cambiar la vida, pero soy un privilegiado. Después de 20 años sin parar, es el momento de una pausa. Refrescar ideas, descansar, cuidar a la familia... Sé que me picará el culo en unos meses, pero necesito un tiempo de reflexión para la mejora, porque aprendemos hasta que nos morimos. De momento, un poco de tiempo de mujer, de hijo, de padre…». En ese momento ya no pudo reprimir más el llanto y abandonó por última vez, entre aplausos, la sala de prensa de Castalia.