Habla de Àngel Dealbert, así que hay que escucharle. Por su talante, su ascendencia sobre el vestuario y, cómo no, como uno de los artífices de un proyecto que, a punto de cumplir un año, está donde esperaba (a las puertas de la eliminatoria final), pero al mismo tiempo, en ese cruce de caminos que significa ganar (o empatar con goles) en Sant Andreu para seguir en la brecha... o perder y verse una nueva temporada, la octava, en Tercera.

El benlloquí analiza, en primer lugar, el asalto inicial. «Sabíamos, porque lo habíamos estudiado mucho, que el Sant Andreu es un gran rival. Los dos somos dos equipos muy fuertes, el segundo de la Comunitat Valenciana y el segundo de Cataluña, dos aspirantes a subir a Segunda B, que es lo que se vio en el campo», reflejó el central, que participó en «un partido igualado, en el que se impusieron las defensas a los ataques». En consecuencia, «resultado justo».

LO PRIMORDIAL

«Nuestro principal objetivo era no encajar ningún gol, aunque nos habría gustado marcar, eso no voy a engañar a nadie», lleva más allá su diagnóstico. Misión cumplida, al menos en la más modesta de las aspiraciones, aunque Dealbert le da la vuelta al planteamiento: «Si nos hubiésemos ido con un 0-1, seguro que pensaríamos de otra manera». «Ahora son ellos -prosigue- los que tienen que pensar que si nosotros marcamos, la dificultad la tendrá el Sant Andreu».

El Castellón es un equipo que, a domicilio, es fiable. Muy fiable. De todos los resultados conseguidos fuera de casa, tanto con Frank Castelló como con Sergi Escobar (un total de 20), solo las derrotas [Orihuela, Olímpic y La Nucía] le apearían de la ronda final.

«Nosotros, habitualmente, marcamos, aunque estuvimos más espesos de lo normal», equipara Dealbert. «Es posible que ellos tuvieran más acercamientos, pero propiciados por alguna pérdida nuestra o decisión errónea», señala. «Al principio nos faltó algo de agresividad, porque no robábamos balones y ellos tocaban muy cómodos», ahonda. «Decidimos esperar atrás, hacernos fuertes y salir a la contra, porque ellos tienen jugadores de calidad, gente buena en banda», detalla.

«Tampoco tuvimos suerte con las lesiones, pero los que salieron lo hicieron muy bien», constata sobre los problemas de Ferreres, Cubillas y Juanjo. «Ahí estuvo Enrique, que pese a no jugar en su posición, estuvo a un grandísimo nivel», refuerza el benlloquí.

Como conclusión, el mensaje a la afición: «Después de lo que [los seguidores albinegros] han visto y vivido, las 1.600 entradas se quedarán cortas». «Que nos vengan a apoyar, que vamos a pasar la eliminatoria», certifica.