El Villarreal se deshizo con cierta facilidad del Almería, marcando claramente las diferencias existentes entre este equipo de Marcelino, anclado en la zona noble, y el siguiente escalafón de la Liga. El triunfo deja a los amarillos en puestos europeos, pese a que por el Madrigal han pasado ya los dos grandes. Con la intensidad y la concentración con la que los locales se emplearon anoche es complicado que, salvo accidente, el Submarino sea sorprendido en su estadio. La contundencia del triunfo fue mucho más explícita que el 2-0 final, porque el Villarreal no soltó el mando del partido desde el primer minuto y hasta el pitido final

Marcelino sigue tirando las camisetas al aire para confeccionar el once… y el Villarreal continúa jugando bien al fútbol. Con Espinosa y Gerard Moreno fuera de la lista, Musacchio recuperándose de una lesión muscular y futbolistas de la talla de Cheryshev, Vietto y Jonathan dos Santos en el banquillo, las prestaciones del fútbol 4G del Submarino no perdieron ni un ápice de velocidad, intensidad, tensión, precisión y, por momentos, brillantez.

El técnico mantuvo su línea de actuación de dosificar esfuerzos y repartir minutos entre sus jugadores, siempre respetando algunos preceptos intocables. La alineación de Jaume Costa y Chechu Dorado en la zaga fue la gran sorpresa, sobre todo por la larga inactividad de ambos, más si cabe en el caso del central. Todo continuó igual y el equipo defendió con el mismo orden y la misma rigurosidad de siempre, a pesar de que Sergio Asenjo, uno de los mejores porteros de la Liga española, salvó dos peligrosos tiros desde fuera del área de Ximo Navarro y Edgar Gómez.

El Villarreal regresaba después del parón por las fechas FIFA para selecciones nacionales con la misma fisonomía e idénticas constantes vitales que tenía 15 días atrás. Actitud dominante, fútbol agresivo, verticalidad, acciones combinativas y las exquisitices de los genios de este equipo, que son varios. Cani lideró y tiró del Submarino durante 37 minutos, el tiempo que estuvo en el campo, generando un torrente de fútbol creativo y ofensivo al que le faltó el lustre que da el gol. En ataque, Gio tuvo presencia y participación. El Almería jugaba a remolque pero sin perderle la pista al marcador en ningún momento.

UCHE ABRE LA LATA // En este Villarreal en el que todos atacan y todos defienden, el 1-0 llegaría por un tiro de Súper Mario --un lateral de corte germánico que lo hace todo tan sencillo y con tanta naturalidad que no llama la atención, pero que se ha convertido en uno de los jugadores franquicia de esta generación 4G, que el nigeriano Uche, en boca de gol y atento al rechace, remató a la red del portero visitante Rubén.

Con la sustitución de Cani, por un fuerte golpe en la cara, se perdía juego interior, pero la entrada de Cheryshev compensaba con su aportación de más velocidad y desborde. Al descanso, el técnico tuvo que hipotecar su segundo cambio por las molestias musculares de Dorado, que volvía a competir tras mucho tiempo.

El guión de la segunda parte se mantuvo inalterable. Control absoluto del Villarreal, pero con el Almería bien colocado y preparado para dar el golpe. El 1-0, la estrecha frontera que ofrecía el marcador, era el mejor aval de los almerienses, aunque la realidad es que defensivamente los amarillos apenas sufrieron.

ERRORES ARBITRALES // El Submarino buscaba apuntalar su triunfo en casa con un segundo gol. Y este llegó en un claro error arbitral al dar por válido en primera jugada un pase de Moi Gómez a Uche en posición de fuera de juego. La jugada era muy clara y el 2-0 subió al marcador. El partido se rompió definitivamente. Las avalanchas sobre la portería del Almería eran constantes. La superioridad era abrumadora y el conjunto andaluz ya había entregado el partido. Y otro grave error de Clos Gómez, que en esta ocasión favoreció a los visitantes. Una acción individual de Cheryshev, pletórico toda la noche, fue frenada por el portero almeriense con un derribo fuera del área cuando se quedaba solo. El árbitro se justificó amonestando al centrocampista ruso.

El choque entró en una espiral vertiginosa, disputada a un ritmo y velocidad elevadísima. Las contras del Villarreal suponían un mazazo tras mazazo para Rubén Martínez. Gio y Cheryshev desarbolaron al Almería una y otra vez. El equipo de Marcelino parecía no tener bastante con el 2-0 y no se acordaba de que el jueves la Europa League regresaba a la escena. No hay respiro en este Villarreal, porque todos saben que la barrera entre la titularidad y la suplencia es tan fina como un hilo de algodón. H