El 9 de enero de 1990 vio la luz el mejor talento del deporte castellonense, predestinado para ser un genio del golf. Hasta dicen las malas lenguas que Consuelo, su madre, dio a luz al pequeño Sergio cerca del hoyo 1 del campo de La Coma, el escenario donde empezó a gestarse la leyenda, en una familia volcada con el golf —su padre fue profesional y profesor del CC Mediterráneo y su madre regentaba la tienda del mismo club— que pronto advirtió el inmenso talento de su hijo.

La trayectoria del último campeón del Masters de Augusta fue meteórica en sus primeros pasos. Con nueve años, ya era el mejor alevín del país, dominio que siguió en los años sucesivos ya en categoría infantil. Su paso al instituto —estudió en el Miquel Peris i Segarra, en el Grao, como otros muchos deportistas destacados de la provincia— trajo consigo el título mundial juvenil. Tenía 14 años y ya no había duda. Sergio encaminaría su futuro al circuito profesional, en el que estaba llamado a convertirse en el mejor jugador español, el heredero de los Severiano y Olazábal, con el que compartió uno de sus primeros grandes éxitos, la Dunhill Cup de 1999.

Antes, Mediterráneo estuvo al lado del Genio de La Coma en la celebración de su 18 cumpleaños. Para entonces, Sergio ya había conseguido algunos récords. Con 15 años, fue el golfista más joven en superar un corte en un torneo del European Tour. A nivel amateur, ya lucían en su palmarés el British y el Masters Europeo. Pero lo mejor estaba por venir. En abril de 1999, ante la presencia de sus ídolos, los citados Seve y Olazábal, anunció su pase al profesionalismo. Tenía 19 años y el fenómeno Sergio ya era imparable.

A nivel mediático, su primer enfrentamiento con Tiger Woods, con quien además de una gran rivalidad labró una buena amistad, fue el lanzamiento definitivo, sobre todo en EEUU. En el PGA del 99, Sergio maravilló al mundo del golf con un golpe imposible en el hoyo 16, metiendo la bola en el green desde detrás de un árbol, sin visión. La increíble audiencia del duelo entre Tiger y Sergio provocó que un año más tarde (en agosto del 2000), un canal americano organizara un mano a mano entre ambos en Palm Desert (California), con triunfo para el borriolense, que se embolsó 180 millones de las antiguas pesetas.

El resto de la historia ya la conocen. Más de 17 años y 28 triunfos en el circuito profesional después, Sergio tocó por fin la cima en el Masters. El tímido alumno del Miquel Peris es el nuevo maestro del golf mundial.