Toda la expedición del Villarreal era consciente de la importancia de los tres puntos en juego en Cornellà en la lucha por los puestos de Champions. Los triunfos del Valencia y el Sevilla prácticamente obligaban al Submarino a sumar en la misma proporción frente al Espanyol. Durante muchos minutos el objetivo estuvo al alcance, hasta que se cruzó en el camino un elemento imprevisto. Los errores del andaluz Munuera Montero (34 años), tanto en el gol mal anulado al turco Enes Ünal como en la inexistente falta que dio origen al tanto del empate blanquiazul, que acabaron con las esperanzas groguetes. La lectura que hicieron los jugadores del Villarreal del compromiso fue en esa dirección. «No me quiero exceder. El partido que hemos hecho, sin patadas a destiempo… y recibimos siete tarjetas en las primeras siete faltas que hacemos», avanzó Álvaro a modo de introducción de los factores que impidieron regresar a Vila-real con el triunfo. «Ha sido un partido disputado, pero limpio, y sin embargo nos vamos con siete tarjetas, una falta que nos cuesta un gol...», lamentó el cántabro. «El árbitro ha sido el protagonista. Llega un momento en el que tienes que decir algo. Te calientas y te vas enfadado. El colegiado ha metido en el partido el Espanyol», criticó el central.

La sensación de perder dos puntos en un compromiso vital para los intereses del Villarreal dejó cierta dosis de frustración en el vestuario. «Si eres seguidor del Villarreal y te sientes así desde la grada, imagina cómo nos sentimos los jugadores», explicó el cántabro sobre el bajón que significó la igualada perica.

«Jugar en el campo del Espanyol es muy difícil. Es un equipo que pelea, de segundas jugadas, pero teníamos controlada la situación porque en el minuto 80 no había tirado a puerta. Y aún así te vas con 1-1 después de un gol anulado a Ünal en el que gana claramente la posición, el penalti a Bacca... Hemos preguntado a Gerard por la falta del tanto de ellos y dice que no hay nada», añadió el defensa amarillo.

PENSANDO EN EUROPA //

El calendario no da tregua y pese a la «rabia» de la forma en la que se produjo la igualada del Espanyol, el Villarreal debe pasar página inmediatamente y pensar en el objetivo inmediato. «Creamos ocasiones que ojalá entren todas el jueves contra el Lyón. Esperemos que sea la fiesta del fútbol. En el encuentro de ida nos sentimos en muchas fases bien, pero tuvimos esos 10 minutos malos que resultaron claves, aunque en ningún momento nos vimos inferiores a ellos», destacó Álvaro.

Una de las claves para remontar el 3-1 con el que se presentarán los franceses en el Estadio de la Cerámica es estar acertados arriba, como subraya el zaguero cántabro: «El bloque es consistente y espero que todas la que tengamos arriba las metamos».