Álvaro González llegó al Villarreal ya comenzada la pasada campaña y lo hizo asumiendo un perfil bajo de complemento para los que entonces parecían intocables en el centro de la zaga amarilla: Víctor Ruiz y Musacchio. A final de temporada, el cántabro había superado al argentino en partidos disputados en las tres competiciones. La salida del de Rosario a Milan no fue, por tanto, un drama.

En este ejercicio Álvaro puede presumir de ser ya un fijo en las alineaciones, primero con Escribá y después con Calleja. El bajo rendimiento y la lesión posterior de Semedo no ha sido competencia para el defensa de 28 años, que atraviesa «el mejor momento» de su carrera, cómodo por la confianza de Calleja y también porque sabe que tiene las espaldas bien guardadas con Daniele Bonera, el veterano central que «nos da clases de fútbol cada vez que sale al campo». El pasado sábado, en el Bernabéu, fue una de esas veces. «No creo que muchos equipos hayan dejado su portería a cero en el Bernabéu», dice con orgullo Álvaro del triunfo que cerró la primera vuelta. El sábado, ante el Levante, empieza la segunda, en la que el central está convencido de que «habrá que hacer mejores números» para que el Villarreal sea uno de los cuatro primeros al finalizar la presente Liga.

MEJORA LOCAL / El objetivo de volver a probar fortuna en una Liga de Campeones demasiado efímera en la pasada campaña es la ambición a la que se agarran los de Calleja. «Sabiendo que vas a pelar con Madrid, Sevilla y los que pueden venir por detrás hay que empezar mejorando la primera vuelta», recalca Álvaro, para quien será fundamental, además de mantener la solvencia demostrada a domicilio «dar el pasito que nos falta en casa», empezando por un Levante que obligará a mantener la tensión defensiva en un choque en el que Álvaro ve a su equipo «dominador del balón».

Ofensivamente, Álvaro espera no echar en falta a Cédric Bakambu, «una salida importante». «Ganar en el Santiago Bernabéu fue la mejor forma de reponerse. Nadie es imprescindible», concluye.