Tras un año de investigación policial y 40 denuncias a la Liga Profesional (LFP), la Policía Nacional activaba una macrooperación contra los amaños en partidos de Segunda B y Tercera. La llamada Operación Pizarro constituía el mayor golpe a las mafias y casas de apuestas vinculadas al deporte que se ha realizado en España.

Aunque la investigación está bajo secreto de sumario, se ha podido saber que dos exfutbolistas lideraban la red ilegal de apuestas gestionada desde China. Bajo su mando estaban el resto de implicados, la mayoría de ellos jugadores. Sin embargo, según apuntan varios medios de Madrid, la operación no solo implica a deportistas sino que uno de los arrestados por la policía es un árbitro, un hecho inaudito en España, pues por primera vez se vincula a este estamento con un caso de corrupción deportiva.

Los registros policiales han permitido incautar «considerables cantidades de dinero» a miembros implicados en la organización. En concreto, este dinero, cuya cuantía no ha sido facilitada, fue localizado en registros realizados en las provincias de Barcelona y Albacete, según informó la Fiscalía Provincial de Badajoz.

El saldo de arrestados, por ahora, es de 31, dentro de una operación en la que se amañaban saques de esquina, penaltis...