El Castellón equilibra el balance de derrotas y victorias, gracias al sufrido 0-1 en La Llometa, donde el tanto de Arturo, a la salida de un saque de esquina a los seis minutos de la reanudación, permite encadenar el segundo triunfo consecutivo. El cambio de registro de los albinegros y el prometedor estreno de Esaú (fue titular) son los otros dos titulares que deja el farragoso encuentro disputado en Muro de Alcoy.

Desde su llegada, Frank Castelló viene insistiendo en que su propuesta de fútbol combinativo sirve para Castalia y un buen número de salidas pero que en muchos campos, como el que visitaba ayer, toca amoldarse en las circunstancias. La alineación, la ubicación de algunos futbolistas, los cambios y, en líneas generales, la predisposición del equipo, denotaban que los albinegros dejaban a un lado el guión inicial para adaptarse a un campo muy áspero y a un rival todavía más.

EL FILO DE LA NAVAJA // En consecuencia, el partido fue uno de esos de tantos que transcurren en el filo de la navaja, que suelen decidirse por detalles y en el que la estrategia cobra una especial dimensión. Sí, suena a tópico, pero después de cinco temporadas y siete jornadas en Tercera, el Castellón ya tiene la lección bien aprendida (otra cosa es que puede llevarla a la práctica).

Los albinegros hicieron mejor las cosas que el Muro en tres cuartas partes de la primera mitad. Más de media hora de control, minimizando el peligro y tratando de explotar las acciones a balón parado mientras trataba de encontrar la sintonía con Esaú, a quien Castelló hacía debutar incluso como titular. El arreón final de los locales, afortunadamente, no provocó ningún sobresalto ante la portería de Sabater.

El 0-0 respondía a la puesta de escena de ambos conjuntos, por mucho que los albinegros habían ofrecido mejores sensaciones que los alicantinos en el primer acto. Esa moneda al aire en el que suelen convertirse estos partidos salió cara cuando, a los seis minutos de la reanudación, Juanfran sacaba un córner y el abrelatas Arturo ponía la pelota en el fondo de las mallas, haciendo valer su majestuoso juego aéreo.

Chema pudo doblar la diferencia un cuarto de hora después, justo cuando la contienda había empezado a ensuciarse. Paradójicamente, las tarjetas iban cayendo del lado albinegro, hasta el punto de que Lolo Ivars e incluso Esaú flirtearon con la expulsión.

Los albinegros flaquearon y permitieron que el Muro creciera. El reloj parecía que no corría ante un Castellón cada vez más atrincherado, que acabó jugando con Ramos de interior y con los cuatro centrales de su plantilla sobre el césped artificial.

SE MASCA EL 1-1 // El Muro, que solo inquietó a Sabater en un par de lanzamientos inocentes en la segunda parte, casi hace saltar por los aires el pragmatismo de los orelluts con el remate al poste de Álex Torrella en el 89’: el palo escupió el tiro y el Castellón regresó con los tres puntos. H