Cuarta temporada consecutiva para el Castellón en Tercera División, una categoría a la que nunca debió caer (bajó por impagos) y que amenaza la subsistencia de un club con los achaques propios (y alguno más) de sus 92 años de vida. El ascenso, por tanto, es un objetivo tan eterno como innegociable.

Borrón y cuenta nueva. Dejada atrás una temporada convulsa, que empezó mirando al título de campeón de grupo y acabó con el miedo del descenso durante la mayor parte de la misma (el Castellón solo pudo respirar tranquilo en la última jornada, ya con la permanencia en el zurrón), el club ha sufrido una metamorfosis. Desde el punto de vista del organigrama, han aparecido nuevas áreas y cargos en un Castellón que, no olvidemos, está inmerso en un proceso concursal, cuyo desenlace debería conocer a finales de esta misma campaña.

CUESTIÓN DE ENERGÍAS // La reciente inyección de 660.000 euros por parte de Aerocas debería ser suficiente para dejar medianamente aparcados los problemas extradeportivos que tantas energías y distracciones suponen, con lo que todo debería quedar a expensas de que la pelota entre o no. Pero, hablando del Castellón, todo enunciado debe ir acompañado por el condicional.

En lo deportivo, la renovación ha sido evidente, dirigida, eso sí, por alguien que continúa. Ramón Moya, que aterrizó en Castalia a primeros de enero, ha cambiado el banquillo por el despacho. Su primera decisión fue la designación de Joan Esteva como entrenador y, a partir de ahí, los dos se pusieron manos a la obra para diseñar una plantilla cambiada en más de sus dos terceras partes. Una renovación que ha supuesto el adiós de futbolistas ilustres, que han dejado paso a un bloque en el que destaca la diversa procedencia de los fichajes (han llegado desde Huelva a Vizcaya, pasando por Aragón, Cataluña e, incluso, de Malta), aderezados con las gotas de experiencia de un puñado (no muchos) de jugadores treintañeros.

A pesar de esta considerable amalgama, da la sensación de que Esteva ha conseguido armar un bloque capaz de ser competitivo, aunque después de lo sucedido hace un año, todo queda a expensas de que el balón empiece a rodar de verdad y que los resultados de los encuentros se traduzcan en la suma de puntos. H