LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO BERGARA (GUIPÚZCOA), EL 6/12/1969

COMO JUGADOR CANTERA DEL ATHLETIC, ATHLETIC B, EIBAR, CARTAGENA, CÁDIZ, REAL UNIÓN, EIBAR, GAVÀ, RACING DE FERROL, BURGOS, ALICANTE Y BENIDORM

COMO ENTRENADOR LLEVA TRES PARTIDOS AL FRENTE DEL CASTELLÓN

Asier Garitano está ante su bautismo de fuego en los banquillos del fútbol profesional. Estuvo tres partidos al frente del Alicante la pasada temporada, los mismos que lleva ahora en el Castellón... pero con una gran diferencia: si allí le faltó la confianza, aquí va a tener la oportunidad de terminar la temporada y, sobre todo, de liderar el próximo proyecto. De momento, las sensaciones y, principalmente, los resultados le avalan: dos victorias y una derrota.

--¿Cómo es Asier Garitano como entrenador? Porque en los siete años que hace que colgó las botas, no había sido primer espada.

--Cuando me retiré, el Alicante me dio la oportunidad de ser segundo entrenador en un proyecto muy interesante, presidido por Antonio Solana. Estuve trabajando con José Bordalás, David de la Hera, Felipe Miñambres... Todo esto me ha marcado. Soy entrenador porque me gusta demasiado el fútbol desde pequeñito y porque he tenido técnicos que me han marcado, sobre todo en Lezama. He aprendido de todos, algunos seguro que sin darme cuenta, y eso ahora lo intento poner en práctica aquí. Tengo la cultura del Athletic, que me marcó desde los 10 años hasta los 24.

--Se le ha tachado de falta de carácter. ¿Puede ser, tal vez, por los excesos gestuales de su antecesor en el cargo?

--No lo sé y tampoco voy a ponerme a hacer comparaciones. Soy Asier Garitano y soy como soy. Entiendo este trabajo como que hay que ser muy exigente en el día a día. Los jugadores tienen que ver que no tienes ninguna duda. Hay que intentar que se te escapen los menores detalles posibles, no solo en el aspecto técnico-táctico, sino en el tema de alimentación, de los pesos, de la psicología... Tienen que ver que estás a todo. Ahí sí que voy a ser tremendamente exigente, seguramente porque acabo de llegar a los banquillos. Si tengo que pecar por algo será de exagerado. De trabajo, de tiempo, de pesado... Seguro que luego me iré calmando un poco. Pero ahora la exigencia para con los futbolistas será máxima.

--¿Se ve entrenando al Castellón el año que viene?

--Me veo entrenando el Castellón el domingo, porque los entrenadores vivimos de una semana a otra. No puedo desgastarme pensando en nada más, porque entiendo esta profesión. Por mucho que se diga o me comenten que puedo seguir aquí la temporada que viene, solo pienso en entrenar una semana o 15 días, no más. Está claro que no me gustaría estar de paso pero...

--En cualquier caso, el hecho de que vaya a acabar la temporada significa que el club tiene confianza en usted...

--Al final dependerá de la imagen que vayamos a dar. Quedan ocho encuentros y mi máxima exigencia será competir hasta el final. Eso y exigir a los jugadores, porque de su rendimiento individual y colectivo dependerá mi imagen. Por ese motivo voy a exigirles una auténtica barbaridad, no lo entiendo de otra forma...

--Con el descenso a la puerta de la esquina, todo lo que rodea al Castellón es pesimismo. ¿Cree que esta situación le puede quemar y que le erosione excesivamente?

--Quiero pensar siempre en positivo y que de aquí al final de temporada todo va a ir bien, que vamos a ganar el siguiente partido y el próximo... A partir de ahí, ya veremos la respuesta del equipo.

--El Castellón lleva un lustro alejado de la Segunda B. ¿Qué se va a encontrar, especialmente el grupo III? ¿Ha cambiado tanto esta categoría en estos cinco años?

--En caso de bajar, la próxima temporada sería muy difícil, ya tuve la experiencia en el Cádiz. El primer año es el más difícil, porque la gente piensa que el Castellón va a subir, que va a ganar todos los partidos fácilmente... Y eso no es así. En Segunda B se compite igual de fuerte que en Segunda A. La gente debe estar muy mentalizada para salir de esa categoría, porque vemos grandes equipos a los que les cuesta salir de ahí una barbaridad. Y cuando hablo de todo el mundo, es todo el mundo: jugadores, técnicos, prensa... El Castellón no debería estar ahí, porque una ciudad como ésta, con esta afición, debe estar en 2ª A.

--La incertidumbre que rodea al club no ayuda, así como ver cómo los políticos hablan de la situación. Ni para lo que resta de temporada ni, sobre todo, para preparar la siguiente, ahora que aún hay tiempo para planificarla con calma y sin prisas, a diferencia de lo que sucedió en la anterior.

--Está claro que esa situación no ayuda, pero yo me voy a centrar única y exclusivamente en lo deportivo. Lo demás no depende de mí. ¿Si afecta? Sí, porque en el vestuario se hablan de cosas que no son solo aspectos deportivos o del siguiente partido. Distrae, pero los técnicos tenemos la obligación de hablar solamente de fútbol, sobre todo ahora que aún tenemos opciones de mantenernos. Es un momento importantísimo para todos y, por eso, hay que estar lo más centrado posible hasta que, matemáticamente, ya no sea posible salvarnos. Entonces, seguro que los roles cambiárán.

--Usted lleva toda la temporada en el club y, desde su perspectiva diferente, ¿cómo explica la situación tan mala?

--Algo se ha hecho mal. El inicio, ya desde la pretemporada, fue muy duro, con poca gente, se van muchos jugadores, tardan en incorporarse los que tienen que ser importantes, algunos venían con problemas... Esta categoría no perdona, porque incluso haciendo las cosas bien, cuesta. Vemos equipos como Celta, Murcia, Las Palmas o Cádiz, que desde fuera ves que tienen las cosas controladas, están abajo. Si no haces las cosas bien, la 2ª A pasa factura.

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