Bakambu despertó al Villarreal a tiempo de la siesta. El doblete del delantero congoleño acabó con la resistencia de un Leganés Guerrero (autor del empate a uno en el minuto 89), gracias a un gol salvador en el descuento que marcó… con la mano. A falta de fútbol, el Villarreal encontró otros recursos para llevarse tres puntos valiosísimos en la lucha por la Europa League. Lo cual, por otro lado, no esconde un partido espeso, sin chispa...

Perjudicado otras veces esta temporada en el Estadio de la Cerámica (Real Madrid, Eibar...), los amarillos se beneficiaron de la ceguera del árbitro de turno (en este caso, el aragonés Jaime Latre). Bakambu, como hiciera Maradona en el Mundial del 86, podrá escudarse en aquello de la mano de Dios. Como el VAR aún no existe, errores de este tipo todavía campan a sus anchas en un mundo tan profesional y tecnológico. Una acción tan clara que perjudica al fútbol en sí mismo.

El Submarino logró una victoria cuanto menos discutible. Pero, llegados a este punto, hay que ser pragmáticos. El objetivo, Europa, vale tanto, que es capaz de acabar con cualquier debate sobre el estilo, las sensaciones...

La tarde, en su génesis, prometía. Escribá pudo sacar el que debe ser considerado como once de gala (dejando a un lado la lesión de Asenjo), muy ofensivo además, con Sansone y Soriano en las bandas. Enfrente, el Submarino se topó con un rival muy replegado, con un 5-4-1 en el que incluso a su hombre más adelantado, Guerrero, no le dolían prendas para convertirse en un centrocampista cuando los locales atacaban.

ESPEJISMO INICIAL // Aunque el Villarreal no tardó ni 90 segundos en rematar entre palos (Sansone culminó el primer ataque local con un remate mordido que Iago Herrerín, conjurando un exceso de confianza, abortó), lo cierto es que el ritmo cansino de los futbolistas pepineros no tardó en contrarrestar la efervescencia inicial amarilla. Hasta tal punto que, con el devenir de los minutos, el balón discurría por las zonas intrascendentes de la alfombra del Estadio de la Cerámica.

Con el juego periférico desconectado, más allá de las fugaces irrupciones de Sansone, la acumulación de efectivos del Leganés le bastaba para tener el partido donde quería, lo que le permitía, poco a poco, estirarse y comenzar a buscar los dominios de Andrés. Unai López, que pretendió el gol olímpico, fabricó el primer uy de los madrileños, preludio de una ocasión inmejorable: Sansone echó fuera un mano a mano, en el minuto 36.

Esa acción, al menos, sirvió para espolear momentáneamente a los groguets. A Mario se le fue al cielo azul de la Plana un tiro en una zona ventajosa del área. Sin embargo, Siovas hizo lucirse a Andrés en una acción más propia del voleibol, en unos animados instantes finales del primer acto, equilibrado en el marcador, pero también en peligro en una y otra portería, que no reflejaba el dominio del esférico, en el que el Villarreal prácticamente doblaba a su adversario (64% por 36%). Una primera parte que sin llegar a los niveles del lunes en Mendizorroza, tampoco dejaba un buen sabor de boca.

El paso por el vestuario y el cuarto de hora para recomponer filas tampoco actuó como revulsivo para el Submarino, que vio con el corazón encogido como Luciano marcaba en boca de gol, haciendo bueno el centro de Adrián Marín… Menos mal que estaba en posición antirreglamentaria.

APARECE BAKAMBU // El Villarreal, como en el tramo final del primer periodo, tuvo una respuesta tan contundente como efímera a la clara ocasión del Lega. Bakambu tuvo al alcance el 1-0, pero cuando se aprestaba a fusilar a Iago Herrerín, golpeó al aire. Pero el internacional congoleño estaba decidido a convertirse en el protagonista con mayúsculas de la tarde, desquitándose después con el 1-0, en una acción en la que el Villarreal encontró un resquicio en las entrañas del entramado defensivo madrileño. El 17, esta vez sí, ajustó su punto de mira para poner el balón lejos del guardameta rival, pero ajustado al palo largo (min. 67).

El gol tampoco reposó al Submarino. Andrés sacó una mano milagrosa al remate de Erik Morán, en una acción de saque de esquina mal defendida. El Leganés no se rindió y, en el minuto 89, vio recompensado su planteamiento, que podrá gustar más o menos, pero que dificultó, y de qué forma, al Villarreal. Herrerín adelantó un montón de metros el lanzamiento de una falta y puso la pelota en los dominios de su homólogo local, donde Bueno habilitó a Guerrero para que fusilase al portero murciano.

EL FRENESÍ // No obstante, el Submarino encontró una bala en la recámara cuando nadie lo esperaba. Jonathan centró al corazón del área visitante y Bakambu, a lo Maradona, metió la mano para desviar el balón a las mallas, en el minuto 91. De nada valieron las protestas pepineras al árbitro que a falta de un monitor donde revisar la jugada, consultó a distancia con su auxiliar, que tampoco le sacó del clamoroso error.

El 2-1 ya resultó inamovible. Hubo tiempo para sacar de centro, colgar otra pelota... y muy poco más. Los tres puntos se quedaron en casa (fundamental con el calendario que queda: Sporting y Deportivo en La Cerámica; Atlético, Barcelona y Valencia a domicilio) para allanar el camino europeo de los amarillos.