El Parque de los Príncipes fue el escenario de la gran catástrofe de la temporada. También de la era Luis Enrique. Su Barcelona se ve obligado a una remontada histórica, que nunca necesitó y que ningún equipo de Europa ha consumado. El entrenador asturiano empezó por cambiar el sistema, adoptando el 3-4-3. Leo Messi, la piedra angular de la plantilla, se acomodó a él. El paso de los partidos ha reflejado su creciente influencia en el juego y ha revertido en una clara mejoría general del equipo. El astro argentino ha metido seis goles y ha dado tres asistencias. Tocó fondo en París -como el Barcelona- y, desde entonces, se ha reinventado.

El buen momento de Neymar también es otro motivo al que se aferra el barcelonismo para soñar con levantar el 4-0 del PSG. Necesitarán las mejores prestaciones de su particular tridente, aunque también una defensa numantina.