Joan Barreda podría haber disputado ayer su última etapa en la presente edición del Dakar, ya que una caída en el kilómetro 300 de la séptima etapa, entre La Paz y Uyuni (425 cronometrados), hizo que llegara a la meta con la rodilla maltrecha. Eso sí, lo había hecho como auténtico dominador de la jornada, lo que le permitió ganar —es la segunda etapa para el torreblanquino en esta edición— por delante del francés Adrien Van Beveren, al que distanció en 2.51 minutos, y del argentino Kevin Benavides, que perdió 8.02 minutos, dejando otra vez líder a Van Beveren, mientras que Dinamita se sitúa tercero, a 4.45 del liderato.

A partir de ahí, todo noticias negativas, porque Barreda se fue directamente al centro médico para que le hicieran pruebas. «Han visto que hay líquido, que el ligamento externo está bastante inestable. Habrá que ver las sensaciones, si se puede estabilizar la rodilla con un vendaje y probar mañana, pero creo que será complicado seguir», comentó.

El piloto del Monster Energy Honda Team explicó: «Se me ha caído la moto encima y desde el primer momento me costaba mucho levantarme y apenas podía apoyar la pierna», añadiendo cómo fue la caída: «Era una curva con poca visibilidad y con toda la tormenta me he salido fuera, golpeándome fuerte». Esto provocó que tuviera que rodar más lento en la parte final de la etapa.

sainz, líder en coches / Carlos Sainz se adjudicó la etapa y arrebató el liderato de la carrera a Stéphane Peterhansel, que perdió casi dos horas por problemas mecánicos durante el recorrido. El francés se pasó alrededor de una hora y 45 minutos detenido a la altura del kilómetro 186, al romper la rueda trasera izquierda contra una roca.